Tras un año de reparaciones, el gran acelerador de partículas LHC está ya listo para empezar su lenta puesta en marcha. Toda la máquina está enfriada hasta 270 grados centígrados bajo cero (la temperatura imprescindible de operación) y está previsto empezar hoy a inyectar un haz de protones en un sector.
El LHC mide 27 kilómetros de circunferencia y está instalado en un túnel bajo la frontera franco-suiza, en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra. El acelerador sufrió hace un año una gravísima y extensa avería poco después de que el 10 de septiembre de 2008 se hicieran circular por su tubo de alto vacío los primeros haces de partículas. Un cortocircuito provocó graves daños en 53 grandes imanes superconductores (unos 15 metros de longitud cada uno) y es escape de varias toneladas de helio líquido refrigerante.
En el LHC deben circular haces de protones acelerados hasta casi la velocidad de la luz, en sentido opuesto dentro del tubo de vacío, y se harán chocar en cuatro puntos, donde están instalados unos gigantescos detectores que registrarán los efectos de las colisiones. En la desintegración de las partículas y formación de otras nuevas, los físicos buscarán nuevas claves del miscrocosmos y del funcionamiento profundo de la materia y la energía. Un objetivo es encontrar una nueva partícula predicha por los físicos teóricos, denominada bosón de Higgs, que debe conferir masa a todas las demás partículas. Pero de tan anunciado y discutido, el Higgs casi ha perdido emoción y los científicos ansían hacer descubrimientos inesperados con esta máquina capaz de alcanzar energías nunca logradas en condiciones de laboratorio.
El LHC está formado por imanes superconductores alineados uno tras otro hasta cubrir los 27 kilómetros, que funcionan a una temperatura ultrabaja, una parte esencial de su puesta en marcha es ir enfriando todo el conjunto, sector por sector antes de empezar a inyectar los haces.
El plan de puesta en marcha del LHC, esta vez sin el festivo acontecimiento que atrajo el año pasado la atención mundial sobre esa gran máquina científica, es ir probando todos los sectores con los haces, en ambos sentidos, e ir aumentando la energía. El primer haz que recorra toda la circunferencia está planeado para mediados de noviembre. La prudencia impera en los responsables del CERN y han decidido ir muy poco a poco aumentando la energía de los haces. El objetivo es alcanzar los 7 Tev (teralectronvoltios) por haz, pero incluso a sólo un TeV por haz será enseguida el acelerador más potente del mundo, ya que el Tevatron de Fermilab (Chicago), que es el de mayor energía por ahora, funciona a 0,9 TeV por haz. Si todo va como está previsto el LHC batirá un récord nada más encenderlo. Las primeras colisiones de partículas se realizarán a energía relativamente baja (450 GeV) y poco a poco se irá elevando. El CERN ya ha advertido que la puesta en funcionamiento de la complejísima máquina puede presentar imprevistos y tal vez se alargue. El plan actual es que las primeras colisiones de partículas a alta energía se producirán a mediados de diciembre. Para unos días antes, a principios de mes, el director del CERN, el alemán Rolf Heuer, ha convocado una fiesta en el laboratorio no directamente de celebración de la puesta en marcha del LHC, pero que bien puede convertirse en ello si no hay nuevos problemas.
Tras el accidente del año pasado, los expertos del CERN no sólo han reparado y cambiado los imanes afectados, sino que han instalado nuevos sistemas de seguridad que impidan que se repita un cortocircuito como el del 19 de septiembre de 2008, y si se repite, que pueda aislarse rápidamente la pieza afectada sin destrozar las contiguas, como pasó entonces. Sin embargo uno de los nuevos sistemas de seguridad ideados no será instalado hasta el año que viene.
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