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23 oct 2009

Martin Cooper: "Sin los sentimientos de la gente, la ciencia carece de relevancia"


El inventor del teléfono móvil, allá por 1973, Príncipe de de Asturias de Investigación Científica y Técnica, cree que el móvil será decisivo en la mejora de las condiciones sanitarias

Sin gente como él, tal vez aún anduviéramos encaramados a los árboles. Sin tipos como él, o el que dio con la cuadratura del círculo de la rueda, o el tal Gutenberg que puso nuestra vida en letras de molde, o el tal Darwin, que nos certificó en origen, quizá seguiríamos viéndolas venir, tenebrosas y terribles, en el umbral de una caverna. Sin tipos como él, y el creador de la fregona, la automática y la minipimer, quizá nunca hubiéramos arribado a las costas del futuro. Sin tipos como él, Martin Cooper, ingeniero, creador del teléfono móvil allá por 1973, y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, nuestra vida cotidiana se hubiera quedado comunicando, irremediablemente fuera de cobertura por los siglos de los siglos.

-Ante cualquier avance de la tecnología, siempre hay gente que sólo ve tinieblas y peligros, incluso graves problemas para la salud.
-Toda tecnología puede llevar consigo inconvenientes. No obstante, yo tengo la profunda convicción de que el móvil ha mejorado la vida de millones de personas, sobre todo, personas pobres, cuya vida ha cambiado radicalmente.

-Hoy en día, el móvil no sólo sirve para «hablar». Es agenda, cámara, soporte musical, correo electrónico, herramienta para el sms. Su invento ha dado mucho de sí.
-Nunca pude imaginarme algo así, y la verdad es que no me gusta. Cuando intentas crear un dispositivo universal que lo hace todo para todo el mundo, al final no hace nada bien.

-Sin embargo, sueña con que se aplique a la Medicina.
-Las aplicaciones inalámbricas servirán para predecir, prevenir y anticipar la enfermedad, será una revolución muy profunda. A través del móvil los doctores podrán estar al corriente de nuestra salud en todo momento.

-Le apasiona la ciencia-ficción. Póngamonos en el escenario de un capítulo de Star Trek. ¿Las redes inalámbricas permitirán el teletransporte de seres humanos?
-Por supuesto que lo creo, pero ni usted ni yo ni nuestros nietos lo verán. Antes tienen que ocurrir otras cosas, como que el móvil sea implantado en nuestros cuerpos. Y antes del teletransporte llegará la comunicación entre las mentes.

-Sigamos con la ciencia, y con la ficción. Habría cambiado la Historia con un móvil en manos de Napoleón, por ejemplo.
-Yo siempre miro al futuro no al pasado, se me da muy mal la Historia. Un inventor siempre está pensando en el futuro, en cómo mejorar las cosas, no piensa en reinventar el pasado.

-Hay quien cree que la tecnología punta es fría, más bien gélida.
-La tecnología es la aplicación de la ciencia para crear dispositivos y servicios que mejoren la vida de las personas, sin las personas, la tecnología no existe. La ciencia carece de relevancia sin los sentimientos de la gente, si no mejora sus vidas.

-Cuando va usted por la calle y se cruza con tanta gente hablando con su móvil, le entran tentaciones de exclamar, «oiga, que eso lo he inventado yo».
-Justo, justo eso es lo que me apetece. En serio, me siento orgulloso de mi invento, pero si se usa bien, lo cierto es que no me gusta nada que la gente se vuelve maleducada por culpa del móvil.

-¿Vive usted muy pendiente de su móvil?
-No tanto, con la edad se desarrolla la paciencia. A mis años (81), el mundo ya no se mueve tan deprisa.







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