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29 nov 2009

El efecto perverso de las medidas contra el calentamiento global


La guerra contra el cambio climático está provocando también 'daños colaterales'. Los pueblos indígenas están sufriendo las consecuencias de algunas de las medidas puestas en marcha para frenar el calentamiento global, según un estudio hecho público esta semana por la organización 'Survival International'.

El uso de biocombustibles, la proliferación de presas para producir energía hidroeléctrica o las medidas para conservar los bosques tienen como contrapartida la pérdida de tierras que durante siglos han ocupado estas comunidades.

Y es que los pueblos indígenas son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático, ya que dependen en gran medida o exclusivamente del medio ambiente natural para su medio de vida, su cultura y sus vidas.

El informe 'La verdad más incómoda de todas' sostiene que el impacto del calentamiento global es visible ya en las comunidades indígenas de todo el planeta: "desde el Ártico a los Andes y al Amazonas, desde las islas del Pacífico a la cuenca canadiense oriental".

La organización denuncia que las medidas para detener el cambio climático "violan sus derechos" y facilitan que los gobiernos y las empresas "exploten, y en algunos casos destruyan sus tierras". Asimismo, subrayan la paradoja de que, precisamente los pueblos que menos han contribuido al cambio climático, sean precisamente los más afectados por él y los que "verán su tierra destruida en nombre de los intentos por detenerlo".


Biocombustibles, ¿energía verde?

Los biocombustibles, por ejemplo, se consideran una fuente de energía 'verde' frente a los combustibles fósiles. Sin embargo, gran parte del terreno que se utiliza para cultivarlos es la tierra ancestral de los indígenas. 'Survival International' denuncia que millones de personas perderán su tierra y su medio de subsistir si la expansión de biocombustibles continúa al ritmo actual.

Los guaraníes representan la comunidad indígena más numerosa de Brasil y ya han perdido buena parte de sus tierras debido a la expansión del cultivo de caña de azúcar para convertirlo en etanol.

Este pueblo denuncia que en los últimos años decenas de niños han muerto de hambre y temen que planes del Gobierno brasileño para crear nuevas plantaciones agraven el problema. El informe recoge testimonios como el del líder guaraní Amilton López: "La caña de azúcar está contaminando nuestros ríos y matando a nuestros peces. [Está haciendo que aumenten] los suicidios, sobre todo entre la gente joven, el alcoholismo y los asesinatos".


Los bosques se cotizan a precio de oro

En la actualiadd, los bosques se cotizan a precio de oro. Las selvas de indígenas han adquirido un importante valor económico en el mercado de los llamados 'créditos de carbono'.

Con el objetivo de detener la deforestación se han propuesto varios programas para reducir las emisiones derivadas de la degradación forestal (conocidos como REDD). Uno de ellos podría estar ya listo para la cumbre mundial del clima que se celebrará en Copenhague a partir del 7 de diciembre.

Estos programas se basan en animar a los países 'en vías de desarrollo' a que protejan sus bosques a cambio de que los países 'desarrollados' les paguen. El carbono almacenado en los bosques generará 'créditos' que los países podrán comprar para compensar sus emisiones de carbono. Los pueblos indígenas temen que este sistema provocará expulsiones forzosas de sus tierras.




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