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18 feb 2010

Una gran máquina buscará la materia oscura en el espacio


Es uno de los instrumentos científicos más apasionantes jamás construidos. Se trata del Espectrómetro Magnético Alfa (AMS), una imponente máquina que se será enviada en julio a la Estación Espacial Internacional (ISS) en busca de uno de los grandes misterios de la ciencia: la materia oscura. De momento, el «cazador» de antimateria ha llegado al centro de pruebas de la Agencia Espacial Europea (ESA) en los Países Bajos para comenzar las pruebas de su funcionamiento.

La noticia llega poco después de que un equipo de científicos norteamericanos anunciara el descubrimiento de lo que podría ser la primera partícula de materia oscura jamás vista por el hombre. El preciado «tesoro» fue descubierto por un detector, el Cryogenic Dark Matter Search, construido en las profundidades de una antigua mina de hierro en Minnesota. El objetivo ahora es distinto. No se trata de buscar estas partículas en aquí mismo, en la Tierra, sino de hacerlo en el espacio. La tarea es muy complicada, ya que ni siquiera conocemos cómo es exactamente lo que buscamos. Lo que sí parecen saber los científicos es que la materia «ordinaria», la que forma todo lo que podemos ver, sólo suma el 4% del Universo. El resto está compuesto por esas extrañas materia y energía «oscuras».

Antes de partir al espacio, el espectrómetro pasará por el filtro del Gran Simulador Espacial (LSS) y el centro de tecnología ESTEC en Noordwijk. El LSS se utiliza para probar todos los satélites y naves espaciales antes de su lanzamiento y ha visto todo tipo de hardware complejo, pero el detector AMS es el más especial de todos. No sólo es el instrumento científico más grande que se instalará en la estación espacial, sino que también es el primer espectrómetro magnético en ser lanzado al espacio.


Preguntas fundamentales

La máquina ayudará a los científicos a entender mejor las cuesiones fundamentales sobre el origen y la estructura del universo mediante la observación de la antimateria y la materia oscura. El AMS reunirá una gran cantidad de información procedente de fuentes de radiación cósmica, tales como estrellas y galaxias a millones de años luz de la Vía Láctea. No sólo será una fuente de conocimiento para los astrónomos, sino ambién para los físicos de partículas.

El proyecto está dirigido por el premio Nobel Samuel Ting, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y consiste en un equipo internacional compuesto por 56 institutos de 16 países. El detector fue construido por la Organización Europa de Investigación Nuclear (CERN) y probado en un acelerador conocido como Super Proton Synchroton. Es capaz de distinguir los electrones de los protones, lo que resultará muy útil en el espacio para la medición de rayos cósmicos. Los expertos a cargo de la iniciativa se dedicarán a la búsqueda de positrones y electrones en el espacio, dos de los posibles marcadores de materia oscura.





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