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3 may 2010

De Avatar al planeta Marte


El cineasta James Cameron habrá perdido la batalla de los Oscar en la tierra, pero no renuncia a ganarla en el cielo. Lo último que se le ha ocurrido es llevar el 3-D, tan de moda, al planeta Marte. ¿Cómo? Pues con una cámara especialmente diseñada para acoplarse a Curiosity, el próximo Mars Rover, vehículo de exploración marciana, de la NASA.

Hay que decir que la NASA ya había pensado antes en tomar imágenes tridimensionales del planeta rojo. Informa la cadena CBS de que había planes de ello en 2007 pero se descartaron porque la misión marciana del momento ya estaba muy pasada de presupuesto y muy retrasada en el calendario. Se dejaron de innovaciones y fueron al grano.

Pero ir al grano no siempre es la mejor estrategia cuando la agencia espacial norteamericana se juega, si no su supervivencia directa, sí la de los proyectos que justifican su existencia. Obama quiere menos excursiones espaciales y más resultados científicos de orden práctico. Lo cual sigue resultando carísimo, y sin la emoción añadida de los astronautas, ¿cómo sacar las cuentas adelante en el Congreso?

Pero he aquí que la NASA ha visto el cielo abierto en la persona de James Cameron, un verdadero experto en gastar a manos llenas para acabar ganando mucho más. Su Titanic era la producción más cara de la Historia hasta que él mismo superó su propia marca con el estratrosférico presupuesto de Avatar, que entre otras lindezas incluía pagar a un lingüista por pasarse meses -casi años- inventando de arriba abajo un lenguaje nuevo, el de los Na´vi.

El caso es que Cameron tenía razón en la práctica. Avatar no arrasó en los Oscar pero sí en taquilla y en la venta de DVD y de Blu-Ray y de todos los formatos imaginables. Recaudó más de 77 millones de dólares en su primer fin de semana y lleva ganados unos 750 millones desde entonces, y sigue sumando.

Con semejantes credenciales a Cameron le resultó relativamente fácil tomar por banda el pasado mes de enero al administrador de la NASA, Charles Bolden, y convencerle de que plantar una cámara de 3-D en Marte sería la manera de atraerse el corazoncito del público (y sus impuestos). En estos momentos el mismo Cameron está implicado, con rango de co-investigador de la NASA, en el diseño y construcción de la cámara, que se lleva a cabo en San Diego.

Marte es la próxima frontera de la NASA; la Administración Obama ha mostrado más interés en este planeta que en la Luna, en parte por los prometedores indicios de que contenga restos de agua, es decir, restos de posibilidad de vida, en parte porque no ha sido hollado aún por ningún astronauta humano. La mirada en 3-D de James Cameron será lo más cerca que se haya estado de eso. Y, tratándose de él, sin duda promete ser una mirada espectacular.






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