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29 jun 2010

Almacenando mercurio de forma segura


A partir del próximo mes de marzo no se podrá utilizar ni comercializar mercurio en la Unión Europea. Se trata de un metal que, a pesar de su alto nivel de toxicidad, ha formado parte de nuestras vidas durante muchos años (en termómetros y otros aparatos de medición, lámparas fluorescentes, etc.).

La UE busca ahora soluciones para almacenar los excedentes de mercurio de forma segura y eficiente, ya que uno de sus compuestos más tóxicos, el metilmercurio, puede causar graves problemas de salud en los seres vivos y contaminar el medio ambiente. Se estima que los países europeos -España es el primer productor- tendrán que hacer frente a un excedente de 8.500 toneladas de mercurio, procedente tanto de las extracciones de la mina como los residuos usados por las empresas.

Las propuestas de España han sido presentadas este lunes en Almadén (Ciudad Real). Se trata de dos proyectos: un sistema de almacenamiento temporal que permitirá reutilizar el mercurio en el caso de que fuera necesario, y otra técnica definitiva que lo transforma en un material no contaminante.

"Aún no se sabe si en el futuro se volverá a utilizar el mercurio metálico. Por eso hemos diseñado también un sistema que lo almacena de forma segura y que permitirá recuperarlo si fuera necesario, evitando así tener que extraerlo de nuevo de la mina", explica Ana Conde, responsable del proyecto y jefa del departamento de corrosión del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas del CSIC.

Y es que, de momento, no hay una alternativa clara en algunos procesos industriales: "Por ejemplo, las empresas clorocáusticas siguen utilizando el mercurio como electrodo para la producción de cloro". En su caso, el plazo para buscar métodos alternativos expira en 2020. Una vez que la industria confirme que el mercurio ya no es necesario, se utilizarán sistemas definitivos para deshacerse de los residuos.

Doble pared de acero
El sistema de almacenamiento temporal diseñado por los investigadores del CSIC tiene forma de esfera y puede guardar 50 toneladas de mercurio líquido. Ése es el tamaño del prototipo pero pueden construirse recipientes más grandes.

Consta de una doble pared de acero, con un espesor de 8 mm: "Se ha seguido el modelo de los petroleros de doble casco. Si se produjera una ruptura, hay otro compartimento que almacenaría el mercurio. La esfera es resistente a terremotos y tiene un sistema de alarma y vigilancia", afirma Conde. El recipiente cumple todas las normas de transporte para que pueda ser trasladado en camiones si fuera necesario, utilizando un sistema de grúas.

La segunda técnica es definitiva y transforma el mercurio líquido en un material sólido inerte que no contamina, "similar a los que se utilizan en el sector de la construcción", afirma Aurora López, investigadora del departamento de metalurgia primaria y reciclado de materiales del mismo centro. "Es una especie de ladrillo macizo que contiene un 30% de mercurio, con un tamaño de 4x4x16, aunque se pueden fabricar con cualquier otra dimensión".

"Hemos hecho varios estudios en ambientes salinos y alcalinos para ver cómo se comporta este material cuando está a la intemperie y los resultados han sido satisfactorios, presenta una muy buena durabilidad", asegura López. En el futuro se verá si es posible su uso en ingeniería civil: "Sería un valor añadido si lográsemos utilizarlo para pavimentos o en la construcción de diques, aunque el objetivo inicial es desarrollar un material inerte".

La Comisión Europea estudiará ahora las soluciones aportadas por todos los países (en Alemania, por ejemplo, han propuesto meter el mercurio en minas de sal) y decidirá cuál será el procedimiento que se utilizará en suelo europeo.


FUENTE:
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/06/28/ciencia/1277749512.html


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