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11 jun 2010

Una nave trae la primera muestra de un asteroide


Sucederá a las 14.00 GMT (16.00 hora peninsular española) de este domingo, 13 de junio, en el desierto australiano de Woomera. Tras separarse de la nave en la que ha recorrido más de mil millones de km, un contenedor sellado se precipitará contra la Tierra llevando en su interior (se espera) las muestras obtenidas hace seis años en la superficie del Itokawa, un lejano asteroide de poco más de 500 metros que orbita la Tierra a más de 300 millones de km de distancia. Si la operación tiene éxito, la misión japonesa Hayabusa será la primera que consiga la proeza de llegar a un asteroide, aterrizar en él, tomar muestras y regresar con ellas a nuestro planeta.

Resulta irónico, además, que la sonda científica que exploró el Itokawa termine sus días como si fuera un meteorito más. De hecho, y siguiendo una trayectoria balística tras separarse de la nave principal, a 300.000 km de distancia de nuestro planeta, el contenedor penetrará en la atmósfera terrestre a 11,2 km por segundo (más de 40.000 km/hora).

Cuando llegue a una altura cercana a los seis km, sus escudos térmicos estarán a 2.760 grados, y los gases alrededor de la cápsula a más de 7.200 grados, más calientes que la superficie del Sol. Parecerá una bola de fuego sobre el cielo australiano. Describirá un amplio arco luminoso y se estrellará contra la superficie terrestre abriendo un pequeño cráter, de donde será recuperada por los científicos.


Sin garantía de éxito

Varios equipos de investigadores, japoneses y norteamericanos, estarán presentes para no perderse un solo detalle de la reentrada. La NASA ha enviado todo un laboratorio volante al encuentro de Hayabusa, un DC-8 que ha viajado desde California hasta el sur de Australia, equipado con cámaras espectográficas y de barrido de imagen para filmar, desde el aire, cada segundo del acontecimiento y aprender, de paso, cómo se comportan y reaccionan los objetos que caen a la Tierra a grandes velocidades, algo muy útil para el estudio de futuros meteoritos.

Sin embargo, y a tenor de los varios contratiempos que ha sufrido la misión desde que fue lanzada en mayo de 2003, no existe garantía alguna de que Hayabusa haya conseguido sus objetivos. La cápsula, en efecto, podría estar vacía, lo que sería una enorme decepción tras más de ocho años de duro trabajo.

Apenas un año después de su lanzamiento, una gran tormenta solar dañó parcialmente sus motores, retrasando toda la misión. En 2005 consiguió llegar hasta el Itokawa y establecer una órbita a su alrededor. Liberó entonces a Minerva, un pequeño módulo de desdenso de apenas 500 gramos de peso, que aterrizó dos veces sobre el asteroide para tomar muestras.
Sobre la superficie de Itokawa, Minerva habría tenido que disparar dos "balas metálicas" sobre las rocas, para romperlas y recoger pequeños fragmentos de apenas un gramo, pero el dispositivo no funcionó correctamente y esa es la razón por la que los investigadores no saben si las cápsulas se llenaron como estaba previsto o si por el contrario están completamente vacías.

Científicos de Jaxa, la agencia espacial japonesa, creen sin embargo que algún pequeño residuo fue recogido por el módulo. La misión Hayabusa se convertiría así en la primera nave que aterriza en un cuerpo celeste (exceptuando la Luna), recoge muestras y regresa con éxito a la Tierra.

Toda una hazaña científica cuyo éxito final, sin embargo, no conoceremos hasta el domingo.






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