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5 jul 2010

El despertar de la minieólica en España



Apenas se divisan miniaerogeneradores. Los que se producen se exportan, fundamentalmente por las actuales trabas administrativas. Sin embargo, en breve se dará el pistoletazo de salida para esta tecnología, ya que se diferenciará de la eólica convencional. Con lo cual, el ciudadano no tendrá que esperar un año para instalarla. Y al haber más demanda, su coste bajará. El objetivo para 2020, alcanzar los 370 MW para la eólica de pequeña potencia


Muchas son las virtudes de la minieólica. Su instalación no requiere casi obra; produce energía a bajas velocidades de viento; soporta velocidades de viento de hasta 200 km/h y con un solo aerogenerador de 1,75 kilovatios (kW) se puede producir entre un 50 y un 70 por ciento del consumo eléctrico medio de un hogar durante los 15 o 20 años de vida útil del aparato. Por si fuera poco, además, los miniaerogeneradores urbanos son cada vez más estéticos con el fin de reducir así el impacto visual.


Sin embargo, su presencia en España es casi inexistente. «Hay cero o prácticamente cero megavatios (MW) de minieólica conectados a la red», declara Francisco Javier Forte, presidente de la sección de Minieólica de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA). Y sin conexión, la aislada, lo cierto es que los datos se desconocen. «Se estima que hay ocho megavatios (MW) instalados, aunque al no estar registrados no se sabe realmente», afirma Bernat Sanz, técnico de Minieólica de APPA. En definitiva, muy poco, y menos aún si se compara con su hermana mayor «la gran eólica o la eólica convencional», con casi 20.000 MW instalados ya.


Aunque es cuestión de tiempo, ya que el Borrador del Plan de Acción de Energías Renovables (conocido como Paner y que teóricamente tenía que mandar el Ministerio de Industria esta semana a Bruselas) tiene como objetivo instalar 370 MW de minieólica para 2020. Algo posible, según Sanz, si se pone remedio a las deficiencias regulatorias actuales. Respecto al resto de eólicas, este borrador propone 34.630 MW para media y gran potencia sin diferenciar y 3.000 para eólica marina. Algo con lo que no están de acuerdo desde la Asociación Empresarial Eólica (AEE), al considerar que hay que diferenciar los aerogeneradores de 300 kW de potencia de los de gran potencia para incentivar su instalación.


Volviendo a la de pequeña potencia, «que haya casi cero MW de minieólica conectados a la red se debe fundamentalmente a que no está regulado en España, porque sí que hay tecnología y fabricantes españoles. Aunque esto va a cambiar», declara Forte.





Y sucederá si el Ministerio de Industria regula esta tecnología como fuente aparte de la gran eólica, y se decide por fin a establecer cuál es la potencia tope para la pequeña eólica (lo previsto hasta 10 kW). Porque hasta ahora, lo cierto es que instalar un miniaerogenerador de 1,75 kW en el tejado conlleva los mismos trámites administrativos que una planta eólica, lo que encarece el coste de la instalación, pues hay que realizar el estudio de impacto, no visual, sino ambiental correspondiente, aunque se ponga en el tejado o en el jardín de una casa en una ciudad como Madrid o Barcelona. Esta modificación permitiría que fuera más barato y que al simplificar el trámite no hubiera que esperar un año, tal y como sucede ahora, para instalar un miniaerogenerador. Lo que animaría, seguro, a los ciudadanos o a las comunidades de vecinos a decidirse a instalar miniaerogeneradores en sus viviendas.


De hecho, si finalmente se fija ese objetivo de 370 MW, esto supondría la implantación de «100.000 pequeñas instalaciones de esta tecnología con los empleos que esto conllevaría», afirma Forte. Aunque el número de empleos es todavía una incógnita. Forte no se atreve a dar un dato estimativo. Pero lo cierto es que esta tecnología generó 788 puestos de trabajo en 2008, según el estudio de la consultora Deloitte. Y eso, sólo gracias a las fábricas que los producen aquí y los exportan. De hecho ese mismo año, esta fuente invisible en nuestro país produjo el 0,7 por ciento de lo que aportaron las renovables al PIB ese mismo año.


Al ser de pequeño tamaño esta tecnología «no da pie a que sea una fuente invadida por empresas, sino que es una tecnología que creará puestos de trabajo», dice Forte. Empleo fundamentalmente a nivel local, similar, quizá, a la situación de la biomasa. Por eso, una de las demandas de la sección de Minieólica de APPA es lograr que exista un sistema de regulación retributiva específico para las instalaciones minieólicas conectadas a la red. De modo que, con las tarifas se pueda amortizar la inversión realizada por la compra de los equipos. Pero no de forma ilimitada, sino que los miniaerogeneradores se amortizaran, según proponen desde el Instituo para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), en un periodo no superior a las dos terceras partes de la vida útil de la instalación, unos 10 años. Para ello, «sería necesario realizar varios escalones de primas, ya que lógicamente el que instalara un aerogenerador en Tarifa amortizaría antes su inversión que un ciudadano que lo hiciera en Caceres», explica Forte. De hecho, instalar un miniaerogenerador en una zona con doble de viento no quiere decir que produzca el doble de energía, pues «produce ocho veces más», añade.


Y además, limitar, según proponen desde APPA, la potencia instalada al 150 por ciento del contrato de suministro, si las características de evacuación así lo permiten, con el fin de evitar que la minieólica se convierta en un producto financiero que pueda abrir la puerta a los especuladores.

Coste
En este momento, el consumidor que decida instalar un miniaerogenerador podrá elegir entre más de 100 modelos diferentes de eje horizontal o vertical. Su precio es hoy todavía alto, pero bajará tal y como ha sucedido con el resto de tecnologías cuando se incremente su demanda.

Su coste baja cuanta más potencia tiene. Hoy, alguien que quisiera instalar un miniaerogenerador «de 1,75 kW de potencia pagaría 6.000 euros, frente a los 3.000 o 3.500 euros que pagaría por kW por uno de 25 kW», explica Forte. Y como un hogar medio «suele tener contratados entre 3 y 5 kW y consumir entre 700 y 800 kWh al mes, con un miniaerogenerador de 1,75 kW de potencia se amortizaría la mitad o las tres cuartas partes del consumo de la vivienda (unos 600 kWh al mes, o 20 kWh al día), según el emplazamiento», precisa Sanz.


De todos modos, el coste varía ya no sólo por el modelo de miniaerogenerador, sino porque no es lo mismo instalarlo en el tejado de casa que montarlo sobre una torre ya que se necesitarían grúas y el coste de mantenimiento tampoco sería el mismo, subiría. En el caso de que no precise casi de obra civil, «serían unos 4.000 euros por 1 kW instalado y unos 500 euros al año en mantenimiento, más caro que con otras tecnologías», reconoce Sanz. En concreto, «en torno a 4 o 5 veces más caro que un aerogenerador grande», confirman desde la AEE. Eso, al menos hoy.


Sin embargo, al generarse donde se consume resulta más eficiente, ya que evita pérdidas de transporte y distribución, y su producción está prácticamente asegurada ya que no necesitan grandes cantidades de viento, producen a partir de 3 o 4 metros por segundo. El único handicap, eso sí, el ruido y las vibraciones, pero lo cierto es que ya hay miniaerogeneradores con silenciadores y también se están diseñando máquinas más lentas aunque más grandes que resultan más silenciosas.


Tipos
Existen más de 100 modelos de aerogeneradores de pequeña potencia. De eje vertical, eje horizontal, con dos, tres o hasta cinco hélices. Modelos urbanos y no tanto.


FUENTE:
http://www.larazon.es/noticia/939-el-despertar-de-la-minieolica-en-espana



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