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20 feb 2013

Agua en muestras de corteza lunar


Un equipo internacional de científicos han hallado numerosas moléculas de agua en las anortositas -una roca ígnea común en la Luna- lo que implica que existían grandes reservas de agua en el satélite inmediatamente después de nacer el sistema solar.

El trabajo, que se ha llevado a cabo sobre las muestras del satélite obtenidas durante las misiones Apolo, contradice la teoría predominante sobre la formación de la Luna, que apunta que es el resultado de los desechos generados durante el impacto de la Tierra y otro cuerpo planetario.


Se cree que las tierras altas lunares representan la corteza original y cristalizada de un océano de magma que la Luna poseía en su edad más temprana. Sin embargo, esta investigación indica que la Luna joven estaba húmeda y el agua no se ha perdido sustancialmente durante su formación.

"Debido a que estas son algunas de las rocas más antiguas de la luna, se ha podido determinar que el agua ha estado en la Luna desde que se formó", ha explicado uno de los autores del trabajo Youxue Zhang.

El investigador ha indicado que con la teoría 'popular' de formación de la Luna es "difícil de explicar" la existencia de agua en la corteza del satélite. Según ha apuntado, si se hubiera producido el choque entre la Tierra y el objeto celeste, que posteriormente originaría la Luna, el material expulsado caliente "debería haber sido desgasificado casi por completo, lo que elimina toda el agua".

La investigación, publicado en 'Nature Geoscience', señala que, en los últimos cinco años, las observaciones de naves espaciales y mediciones de laboratorio de nuevas muestras han anulado la antigua creencia de que la Luna está completamente seca.

En 2009, el satélite de la NASA de Observación de Cráteres Lunares (LCROSS) se estrelló contra un cráter permanentemente en sombra lunar que era sorprendentemente rico en hielo de agua. También se han detectado hidróxilos (formados por un átomo de hidrógeno y uno de oxígeno) en otras rocas volcánicas y en la capa de polvo fino y fragmentos de roca que cubre la superficie del satélite.

Ahora, se ha utilizado espectroscopia infrarroja para analizar el contenido de agua en los granos de plagioclasa feldespato recogidos de las rocas lunares. Se trata de rocas altas, compuestas de plagioclasa en más de 90 por ciento, que se cree que se formaron en la historia temprana de la Luna.

"El descubrimiento sorpresa de este trabajo es que en las rocas lunares, incluso en aquellas formadas por minerales libres de agua, como el feldespato plagioclasa, se ha podido detectar la existencia de agua a través de los grupos de hidroxilos distribuidos dentro de la veta del mineral", ha apuntado, para añadir que " capaces de detectar a los grupos hidroxilo en la estructura cristalina de las muestras de Apolo".

Los grupos hidroxilo del equipo detectados son evidencia de que el interior de la Luna contiene agua de manera significativa desde el estado temprano fundido de la luna y, por tanto, antes de que la costra se solidificara. En este sentido, ha apuntado que el líquido puede haber jugado un papel clave en el desarrollo de basaltos lunares.


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