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22 feb 2013

Tatuajes temporales que registran actividad cerebral

En agosto de 2011 fue posible observar más de cerca el trabajo de la Universidad de Illinois sobre circuitos flexibles, que podían ser colocados sobre la piel del usuario como un tatuaje. Ahora, quien está siguiendo la misma línea de investigación es la Universidad de California (San Diego). El hecho de que sean circuitos no invasivos genera un enorme potencial a la hora de detectar y registrar actividad cerebral, por lo tanto, el proyecto buscará crear tatuajes que habiliten a una persona a controlar dispositivos con la mente, sin necesidad de electrodos y cables.


En varias ocasiones hemos oído hablar de juguetes que son controlados con la mente. También han salido al mercado ciertos accesorios que actúan como “interfaz” entre nuestro cerebro y el ordenador. Obtener una lectura clara de nuestra actividad cerebral es muy complicado. Existen proyectos que buscan crear un puente entre el cerebro y diferentes tipos de implantes, pero en la mayoría de los casos se requiere de un procedimiento invasivo riesgoso, costoso, y poco práctico. Sin embargo, los tatuajes temporales que desarrolla la Universidad de California (San Diego) están muy lejos del bisturí y el quirófano.

Esta tecnología también está siendo desarrollada por la Universidad de Illinois. El tatuaje es en realidad un circuito flexible instalado sobre una película especial. Todo lo que debe hacer el usuario es colocarse el circuito en la piel, agregar un poco de agua, y presionar. El objetivo de la UCSD es crear una serie de “electrodos flexibles” que el usuario coloca en su frente. El circuito registra la actividad cerebral en un entorno más favorable, ya que puede adaptarse a las irregularidades de la piel, y también incorpora elementos adicionales como paneles solares en miniatura y antenas para recibir energía y comunicarse en forma inalámbrica. Dicho de otras maneras, son electrodos en miniatura que no necesitan ni cables ni gel.

El siguiente paso es desarrollar circuitos lo suficientemente complejos y sensibles como para manipular a un dispositivo a distancia. Lo primero que viene a la mente son smartphones y tablets, pero se habla incluso de controlar UAVs. También se está explorando la llamada “comunicación subvocal”. Si un circuito es colocado sobre la garganta, puede registrar las señales emitidas por el movimiento de los músculos, convirtiéndose en una especie de “micrófono” que capta lo que el usuario quiere decir sin que deba emitir una palabra. Habrá que esperar un buen tiempo para que los circuitos flexibles lleguen a ese nivel, pero la empresa NC10 ya está comercializando esta tecnología, en la forma de monitores de metabolismo para bebés, y otros tipos de sensores.


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