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20 mar 2013

El Curiosity halla una roca con minerales formados en presencia de agua

Se le conoce popularmente como el planeta rojo, pero no es todo de ese color. El robot 'Curiosity' de la NASA, que está explorando la superficie de Marte, ha descubierto una roca de un brillante color blanco, una prueba más de que el planeta tuvo agua en el pasado. Dicho color indica la presencia de minerales hidratados, esto es, formados tras unirse agua a la materia cristalina del mineral.




La roca, denominada Tintina, fue descubierta en el cráter Gale, donde la semana pasada se encontraron restos de nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, fósforo y carbono en una roca, ingredientes esenciales para la vida. Y donde se descubrieron rocas arcillosas, formadas o alteradas mediante agua.

El cráter, según el científico de la NASA John Grotzinger, es el primer entorno encontrado en el planeta que pudo ser verdaderamente habitable. "Es la primera vez que hemos sido capaces de demostrar, gracias a diferentes mediciones, que el cráter Gale fue un ambiente viable para la vida y habitable", añade.

La roca era tan brillante que la primera vez que el Curiosity la detectó, su cámara se saturó. "No sabíamos que iba a ser tan brillante. Es una de las cosas más brillantes y blancas que hemos visto con la Mastcam [la cámara del Curiosity] en el cráter de Gale", afirma Melissa Rice, del Instituto de Tecnología de California.

Gracias al filtro de la Mastcam y un instrumento que detecta mediante infrarrojos restos de hidrógeno, los investigadores han descubierto más rocas hidratadas en zonas que el Curiosity ya ha visitado previamente. "Lo que la Mastcam ha descubierto es agua ligada a la estructura mineral de estas rocas, proveniente de una era húmeda. Además, hemos observado pequeñas 'venas' brillantes que atraviesan muchas rocas de la zona". Estas 'venas' atraviesan las rocas y se cree que son pruebas de restos de sulfato cálcico.

Se cree que estas rocas con hidratos pertenecieron a un lago que atravesó el cráter y erosionó la región. Las rocas fueron arrastradas por grandes corrientes de agua que se formaron por el deshielo de nieve. En el valle Reull Vallis se cree incluso que aún podrían existir restos de ese hielo, después de que se descubrieran restos de corrientes de agua de hasta 7 km de ancho y 300 kilómetros de profundidad, según estiman los científicos.


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