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29 abr 2013

Nuevos datos sobre el origen de la cultura maya


La civilización maya es bien conocida por sus templos o por sus avances astronómicos y matemáticos; pero su origen sigue siendo un misterio. Un estudio reciente realizado en un yacimiento arqueológico maya de Guatemala ha revelado que dicho origen podría estar en la interacción entre grupos culturales diferentes, y no solo en la cultura olmeca, como hasta ahora se pensaba.





La antigua civilización maya podría haberse desarrollado gracias al contacto entre varios grupos culturales, y no de forma independiente ni con inspiración exclusiva en la cultura olmeca, como se creía hasta ahora. 

Estas son las conclusiones reveladas en un estudio que publicado por Science tras siete años de excavaciones financiadas por la sociedad National Geographic en Ceibal, un yacimiento arqueológico maya de Guatemala. 

“Los resultados sugieren que no deberíamos ver ‘la civilización maya’ como una entidad sólida – ha explicado a SINC Takeshi Inomata, arqueólogo de la Universidad de Arizona (EE UU) y autor principal del estudio–. La interacción entre grupos diferentes fue intensa, y gracias a ella surgieron nuevas ideas y formas de sociedad que pondrían los pilares para las civilizaciones más tardías.” 

Uno de los principales centros de culto de la sociedad olmeca fue La Venta, que creció en importancia alrededor del año 800 a. C. en la costa del golfo de México. 

Por sus construcciones y arquitectura, se había sugerido como fuente de inspiración para los mayas en sus construcciones al sur de México, Belice y Guatemala, donde se encuentra Ceibal. 

Sin embargo, las 54 dataciones por radiocarbono del equipo de arqueólogos estiman que Ceibal es 200 años anterior a La Venta, lo cual desmonta esta teoría. 

“La datación es la clave. Ahora sabemos que el comienzo de Ceibal fue anterior al crecimiento de La Venta como gran centro de influencia”, asegura Inomata.

Una época para la innovación 

Tanto el centro olmeca de La Venta como el maya de Ceibal surgieron en un periodo de transición entre el 1150 a. C y el 800 a. C. y participaron, junto a otros grupos sociales, en un importante cambio cultural que estaba teniendo lugar en toda la región. Este cambio, según Takeshi Inomata, fue realmente importante para asentar las bases de las civilizaciones siguientes. 

Una de las novedades más significativas que surgieron en este periodo fueron los característicos complejos ceremoniales de la cultura maya formados por una plaza, una plataforma o pirámide y un montículo. 

San Lorenzo, el principal templo anterior a esta época transicional, no tenía esta estructura. Sin embargo, tanto Ceibal como La Venta cuentan ella, lo que sugiere que sus ritos y costumbres eran similares. 

En ambos, el complejo empezó siendo pequeño y creció con sucesivas remodelaciones hasta convertirse en pirámides. El complejo de Ceibal es el más antiguo datado hasta ahora. 

Según los autores, el desarrollo arquitectónico de Ceibal implica que este centro no fue un recipiente pasivo de una nueva idea establecida en otro lugar, sino que probablemente participó de forma activa en el proceso de innovación. Y concluyen que “este desarrollo parece que tuvo lugar mediante interacciones entre varias regiones”.


Referencia bibliográfica: 
T. Inomata; D. Triadan; V. Castillo; K. Aoyama; H. Yonenobu. Early Ceremonial Constructions at Ceibal, Guatemala, and the Origins of Lowland Maya Civilization. Science (2013). DOI: 10.1126/science.1234493.


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