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17 may 2017

Aún no tenemos palabras para describir la visión de la Tierra desde el espacio

El italiano Luca Parmitano, al que sus compañeros apodaron ‘el novato’, fue el astronauta más joven en vivir seis meses a bordo de la Estación Espacial Internacional, un viaje que le ha marcado de por vida y que espera poder repetir. El cosmonauta ha contado esta semana en Barcelona cómo es el sueño de volar al espacio, una experiencia que, por ahora, solo está al alcance de unos pocos afortunados. 


Luca Parmitano durante su visita esta semana al CosmoCaixa de Barcelona. / SINC.



Luca Parmitano le tiene un cariño especial a Barcelona. Tras disfrutar de la diada de Sant Jordi del año 2009 paseando por las Ramblas, este piloto de pruebas de origen italiano (Paterno, 1976) voló a París para entrevistarse con el director general de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). Con esta charla culminaba un arduo proceso de selección y Parmitano entraba a formar parte del cuerpo de astronautas de la ESA. 

El 28 de mayo 2013, el astronauta despegaba a bordo de la lanzadera soviética Soyuz hacia la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), donde iba a pasar los siguientes 167 días en el marco de la misión Volare. Comandante de las Fuerzas Armadas de Italia, con más de 2.000 horas de vuelo a sus espaldas y tras haber pilotado una cuarentena de aviones diferentes, a Parmitano le apodaron ‘el novato’, ya que con 36 años fue el astronauta más joven en un viaje de larga duración en la ISS. 

Esta semana, el cosmonauta ha visitado el museo de la ciencia CosmoCaixa, en Barcelona, y ha contado su experiencia en el espacio a un auditorio abarrotado de adultos y niños. 

¿Qué les contesta a los jóvenes que le preguntan qué deben hacer para convertirse en astronautas? 
Ahora mismo estamos seleccionando un perfil muy técnico: buscamos ingenieros y pilotos, por ejemplo. Pero de aquí a 20, 30 o 50 años no sabemos qué tipo de gente necesitaremos. A lo mejor ya habremos llegado a Marte y estaremos construyendo una sociedad allí, por lo que necesitaremos astronautas que sean poetas, pintores, artistas, y periodistas, entre otros. ¡Quién sabe! No hay un camino estándar para llegar a ser astronauta, ni debe haberlo, por lo que lo más importante es dar lo mejor de uno mismo, sea la que sea la profesión que se escoja. 

Entonces, al margen de la formación, ¿se necesita alguna capacidad específica para poder viajar al espacio? 
En realidad, los astronautas somos gente muy normal. No debemos ser excelentes llevando a cabo una tarea en concreto, sino muy buenos haciendo muchas cosas diferentes. Existe una buena comparación deportiva: por un lado tenemos a Usain Bolt, a quien nadie puede batir en los 100 o 200 metros lisos, y por otro lado, a atletas de decatlon, que aunque no corren tan rápido sí son capaces de saltar con pértiga, lanzar pesos, saltar vallas… Los astronautas que se buscan hoy en día tienen un perfil como el de estos decatletas. 

Para llegar a la ISS partió desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán), el mismo lugar desde donde lo hizo el soviético Yuri Gagarin, hace más de 50 años. ¿Qué se siente durante un despegue? 
Ese día volaron dos Lucas al espacio. Uno era un niño de cinco años que estaba alucinado de que algo tan increíble y que había soñado tantas veces al fin estuviera sucediendo, y el otro era el Luca profesional que solo hacía cálculos y ejecutaba las tareas que debían llevarse a cabo. El despegue es un momento muy intenso que se ha simulado tantas veces antes que casi esperas que algo vaya mal. Durante esos instantes debes estar muy concentrado comprobando continuamente que todo funcione a la perfección porque si algo va mal tienes que reaccionar muy rápido para salvar tu vida, la misión o la nave. Del silencio más absoluto se pasa a un ruido brutal y la nave empieza a subir y subir… Sientes una aceleración que te aplasta el pecho y en menos de nueve minutos ya estás en órbita y pensando en el siguiente paso. 

¿Tienen algún momento para relajarse antes de que se desencadene toda esta tensión? 
Los astronautas suben a la nave unas dos horas antes del despegue para comprobar todos los sistemas. Cuando ya está todo listo, unos 15 minutos antes de que empiece la acción, la tradición es que escuchen algo de música que han seleccionado previamente. De todas las canciones que sonaron, solo recuerdo la primera porque no me la esperaba en absoluto. Miré a mi compañera Karen Nyberg, que estaba a mi lado, ya que sabía que ese tema lo había seleccionado ella y nos partimos de risa. Billie Jean, de Michael Jackson, nunca volverá a ser la misma canción para mi [risas]. 

Sus compañeros en la misión Volare fueron la norteamericana Nyberg y el comandante ruso Fyodor Yurchikhin. A fecha de julio 2016, de los 537 astronautas que habían viajado al espacio solo 60 fueron mujeres. ¿Por qué existe esta desigualdad de género en la carrera espacial? 
Volar con Karen es la mejor cosa que me ha sucedido y espero poder volar con más mujeres en el futuro, pero para que en Europa haya más féminas escogiendo esta profesión es necesaria una revolución cultural. Yo tengo dos hijas y quiero que hagan lo que ellas quieran, pero ese no es el mensaje que reciben de la sociedad que las bombardea constantemente con que niños y niñas tienen roles diferentes. 

¿Está notando algunos cambios en este sentido? 
La paridad está llegando. En la última promoción de astronautas de la NASA la mitad fueron mujeres. Pero este cambio es resultado de uno cultural previo, no podemos imponerlo. En la última selección de astronautas de la ESA solo un 15% de candidatos eran mujeres. Esta proporción se reflejó en el resultado final que fueron cinco hombres y una mujer. Tenemos que promover el cambio desde la base, nosotros solo somos la fase final. 

 
El astronauta italiano durante su estancia en la Estación Espacial Internacional. / NASA



¿Cómo es un día normal a bordo del complejo espacial que da la vuelta a la Tierra 90 veces?
Ningún día es igual que el anterior, siempre suceden cosas diferentes y eso es algo que me encanta de mi trabajo. Nos levantamos a las 6h de la mañana y nos acostamos a las 23h y el día lo ocupamos en hacer ejercicio físico, multitud de experimentos en el laboratorio o con nosotros mismos, manteniendo la estación, haciendo actividades logísticas, etc. También tenemos tiempo para comer, aunque todos preferimos trabajar. En días puntuales hay otras actividades que son más delicadas como las maniobras robóticas o los paseos espaciales.

¿Qué se siente al salir de la nave a realizar una actividad extravehicular?
Es una experiencia única y excepcional. Yo era un novato y quería hacerlo lo mejor posible, no solo por mí mismo, sino también por la cantidad de gente implicada y el tiempo invertido en ese momento de trabajo. No quería decepcionarles. Pero a la vez, recuerdo estar embriagado de una sensación maravillosa. Por un lado solo ves oscuridad. En el espacio, el negro no es un color. Es la absoluta ausencia de luz, un vacío inmenso que te absorbe y te vacía la mente. Es indescriptible. Y por otro lado ves la Tierra y todos los colores que te puedas imaginar están brillando en ella. Aún no tenemos palabras para describir esa visión. Es una experiencia demasiado nueva que ha vivido muy poca gente. Es como una belleza ancestral, como si la hubieras visto antes en un sueño y de repente volvieras a vivir esa experiencia. Te corta la respiración. Te hace sentir muy humilde. Solo piensas en mirarla otra vez. Cuando ves la Tierra desde el espacio te das cuenta de que vas a echar de menos esa visión el resto de tu vida.

Durante su estancia en el espacio estuvo muy implicado en los proyectos de ciencia y tecnología que se desarrollaban a bordo. ¿Hay algún experimento que fuera especialmente relevante para usted?
Todas las pruebas que realizamos en el espacio son interesantes y todos los resultados que obtenemos son útiles. Es un poco injusto hablar solo de un proyecto, pero sí hay uno del que estoy especialmente orgulloso ya que puede tener un impacto directo en el futuro de nuestro planeta. Se trata de un experimento italiano en el que utilizamos la cámara de combustión de la ISS para quemar distintas mezclas de biocombustible y analizar qué combinación genera menos residuos tóxicos. En órbita la llama no se ve afectada por la convección y no toma la típica forma alargada a la que estamos acostumbrados, sino la de una esfera. Esto hace que sea más fácil de estudiar. Estos compuestos son una fuente alternativa a los combustibles de origen fósil y los resultados de este experimento pueden contribuir a la reducción de la contaminación generada por medios de transporte masivos, como por ejemplo los aviones.

La ESA estima que usted pueda volver a bordo de la ISS a lo largo del año 2019. ¿Cómo es el trabajo de un explorador espacial mientras está en la superficie terrestre?
Un astronauta solo puede esperar pasar en el espacio un 5 o 10% de su vida laboral. El resto del tiempo lo empleamos en realizar trabajo de apoyo: soy instructor de actividades extravehiculares, entreno a otros astronautas, desarrollo procedimientos que tendrán lugar en órbita, planeo exploraciones futuras, etc. Estoy muy entretenido. En el paseo espacial que completó el astronauta francés Thomas Pesquet el pasado mes de enero en la misión Proxima, yo fui su CAPCOM, su coreógrafo en tierra, quien le dirigía en las distintas tareas que debían hacerse.

Es muy llamativa la intensa actividad en redes sociales de los astronautas de todas las nacionalidades a bordo de la ISS…
Es cierto, de hecho en órbita hablaba más con mi mujer que cuando estoy en tierra [risas]. Cada día la llamaba antes de ir a dormir y cada domingo hacíamos una videoconferencia de una hora. Mi generación de astronautas es la primera en estar tan conectada, hemos recogido el legado de Chris Hadfield, quien consiguió que el espacio fuera muy popular gracias a los videos, canciones y fotos que tomó en órbita. Ahora, en vez de esperar a que la gente nos pregunte sobre el espacio les acercamos el espacio a sus vidas.

¿Qué opina sobre la afirmación de que la empresa privada Space X enviará a dos turistas espaciales a un viaje alrededor de la Luna en 2018?
Sería fantástico que más gente tuviera el privilegio de poder vivir lo que yo he vivido y espero que los viajes comerciales se conviertan en una realidad en algún momento. ¡Ojalá pudiera llevar a toda mi familia al espacio! De todos modos, el viaje orbital es mucho más complejo que el terrestre, y aún estamos lejos de que sea una realidad para el gran público. Elon Musk es un visionario y está invirtiendo mucho esfuerzo en ver sus sueños cumplidos. Aunque son difíciles, sin duda vale la pena luchar por ellos.

Fuente: SINC




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