Los resultados preliminares de un ensayo clínico liderado por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y el Hospital del Mar muestran una buena respuesta a un fármaco en pacientes con tumores metastáticos que no respondían al tratamiento habitual. Los investigadores ya habían demostrado su efectividad en modelos in vitro y con ratones.
Los investigadores Alejo Rodríguez-Vida, Ana Rovira, Joaquim Bellmunt y Anna Hernández / IMIM |
Investigadores del grupo de
investigación en terapia molecular del cáncer del Instituto Hospital del
Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y médicos del Hospital del Mar,
han demostrado la eficacia de la aplicación de un fármaco en pacientes
con cáncer de vejiga metastático que no respondían al tratamiento habitual.
Los
resultados preliminares de un ensayo clínico en curso han permitido
comprobar que la utilización de TAK-228, un inhibidor de la proteína mTORC1/2,
permite parar la progresión de la enfermedad. En cuatro de los
siete pacientes que han participado se ha registrado una respuesta
positiva. El ensayo cuenta también con la participación del Hospital de
la Santa Creu i Sant Pau, del Hospital Universitari Parc Taulí de
Sabadell, de la Clínica Universitaria de Navarra y el Hospital General
Universitario de Elche.
En cuatro de los siete pacientes que han participado se ha registrado una respuesta positiva
El principio de este fármaco (elaborado por la farmacéutica japonesa
TAKEDA), es la inhibición de una proteína presente de forma habitual en
los tumores, mTORC1/2. La función de esta proteína es clave en el
desarrollo y diseminación de los tumores. Los investigadores han
analizado en el laboratorio su efectividad, en líneas celulares de
cáncer de vejiga cultivadas in vitro así como implantadas en
ratones. También han trabajado con tejido fresco de tumores de
pacientes. La novedad es que, a la vez, se ha diseñado un ensayo clínico
que ahora está en curso.
Los resultados, que publica la revista Molecular Cancer Research,
han mostrado no solo los buenos resultados preclínicos de este fármaco,
si no que éstos se ven reforzados en combinación con otros
tratamientos. A la vez, los investigadores han detectado que era más
efectivo en un subgrupo de tumores con unas características
determinadas, unas alteraciones genéticas que se pueden utilizar como
dianas terapéuticas.
“El hecho de descubrir que este inhibidor de mTORC1/2 tiene un mecanismo de acción nuevo,
más allá de inhibir esta vía, es decir, que es activo contra una diana
molecular, una alteración genética específica, abre unas expectativas
más allá de lo que se esperaba”, explica Joaquim Bellmunt, director del IMIM y autor principal del estudio.
El
ensayo clínico, que ha evaluado a siete pacientes, ha mostrado como
cuatro de ellos mostraban una respuesta positiva al fármaco. En ellos,
se ha frenado el crecimiento tumoral y se ha evitado la
progresión del tumor. Se trata de enfermos que presentaban cáncer de
vejiga metastático que no respondía a los tratamientos habituales,
incluyendo la inmunoterapia. “De momento, hemos
obtenido respuestas en cáncer de vejiga metastático en pacientes en los
cuales no han funcionado las terapias existentes”, detalla Bellmunt.
Se puede convertir en una segunda potencial diana terapéutica en pacientes con cáncer de vejiga, porque no es quimioterapia, ni radioterapia, ni inmunoterapia
Actualmente, solo está aprobado en EE UU un tratamiento contra una
diana molecular en cáncer de vejiga. Un tratamiento único, diferente de
la quimioterapia o la radioterapia. Un hecho que destaca Bellmunt: “el
fármaco que hemos estudiado se puede convertir en una segunda potencial
diana terapéutica en pacientes con cáncer de vejiga, porque no es
quimioterapia, ni radioterapia, ni inmunoterapia, pero puede atacar
alteraciones genéticas específicas que se encuentran en los tumores”.
Este cáncer es el quinto en frecuencia en el mundo, con 357.000 casos, lo que representa el 3,3% de todos los tumores.
El 65% de los casos se registran en los países desarrollados, es más
frecuente en hombres que en mujeres, y está muy vinculado al tabaquismo
(entre un 70 y un 75% de los casos). Su detección es más habitual entre
los 65 y los 70 años, a pesar de que también se diagnostica en otras
edades.
En España, la previsión de la Sociedad Española de
Oncología Médica (SEOM) es que este año se diagnostiquen cerca de 24.000
casos de este cáncer. Según datos de esta entidad, es el cuarto más
habitual en hombres y el quinto en mujeres, y tiene una prevalencia de
casi 60.000 personas. A pesar de que la supervivencia a los 5 años es
alta, del 75% en hombrees y del 70% en mujeres, en el año 2017 este tipo
de tumor provocó 4.620 muertos en España. En Cataluña, se
diagnosticaron 2.535 casos, el 6,5% del total de los diagnosticados, y
murieron 821 enfermos.
Referencia bibliográfica:Hernández A,
Rodríguez-Vida A, Juanpere N, Arpí O, Menéndez S, Soria-Jiménez L,
Martínez-Fernández A, Iarchouk N, Rojo F, Albanell J, Brake R, Rovira A,
Bellmunt J*. "Novel
oral mTORC1/2 inhibitor TAK-228 has synergistic antitumor effects when
combined with paclitaxel or PI3Kα inhibitor TAK-117 in preclinical
bladder cancer models". Mol Canc Res 2019: (en Prensa).
Fuente: Instituto Hospital del Mar
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