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23 nov 2009

El arroz ecológico del delta del Ebro


Reconvertir un cultivo tradicional en uno ecológico no es tarea sencilla, pero si además se trata de arroz y en unas marismas, aún resulta más complicado.

Sin embargo, esto no fue obstáculo para que en 2001 Juan Carlos Cirera, veterinario y por aquel entonces delegado de Aragón de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) pusiera en marcha esta reconversión en el delta del Ebro.

Así surgió la empresa Riet Vell , que en la actualidad recolecta cerca de 200 toneladas de arroz al año, lo que Cirera considera "una cosecha muy digna, pues supone unos 3.500 kilos por hectárea. Para hablar de una excelente cosecha tendríamos que estar en los 6.000 kilos".

Para ello, la sociedad que formaron cerca de 200 pequeños accionistas compró unas 54 hectáreas. De estas, 42 se dedican al cultivo de arroz, mientras que las 12 restantes, junto a otras 20 que tienen en régimen de alquiler, se dedican a la restauración del humedal.

El objetivo final de la compañía era poner en marcha una explotación de arroz ecológico en el delta del Ebro, que se convirtiera en una referencia para su clonación en otras regiones. Este proyecto le ha permitido alzarse con el premio Innovación en Acción, otorgado recientemente por la Fundación Biodiversidad .

En realidad, la génesis de esta iniciativa se remonta a las conclusiones extraídas del proyecto LIFE (1997-2000), promovido por la organización SEO con el objetivo de valorar los beneficios y la viabilidad del cultivo ecológico del arroz en este espacio natural.

Los resultados de las investigaciones demostraron que no sólo se incrementaba la biomasa vegetal y la densidad de la biodiversidad de animales invertebrados sino que, además, el número de aves en el mismo espacio también se veía positivamente beneficiada. El principal motivo es la eliminación del uso de agroquímicos, puesto que el arroz es uno de los cultivos que más precisan de estos agentes.


Sin agroquímicos

Precisamente, la eliminación de estos productos ha supuesto una enorme dificultad para Riet Vell. A ello se suma el hecho de que para combatir las malas hierbas se suele recurrir a la rotación de cultivos, algo que no es posible en el delta del Ebro, explica Cirera, por la salinidad de las aguas. "La solución ha pasado por la rotación de sistemas de cultivo del arroz, alternando la sobreinundación con apurar el secado de las parcelas y sembrar a medida que se inunda o, por ejemplo, el sembrado en hileras, como se hace con el cereal", indica el experto.

Otro de los puntos fuertes que le ha servido a Riet Vell para hacerse con el premio de la Fundación Biodiversidad ha sido la rehabilitación del humedal para las aves acuáticas. Tras la puesta en marcha de la iniciativa, la zona se ha convertido en una auténtica reserva ornitológica. Especies como el avetorillo común, el calamón, el charrán común o la garza imperial se han visto favorecidas de manera muy significativa.

Asimismo, los anfibios, reptiles, peces, pequeños mamíferos e insectos que constituyen la flora autóctona del humedal también sacan provecho de este entorno exento de agentes químicos. El fundador de la empresa destaca: "Hemos conseguido que nuestro observatorio se convierta en un punto de referencia para todos los expertos en aves que visitan el delta del Ebro".

Desde Riet Vell se han preparado senderos, se ha levantado un centro de interpretación de la naturaleza y se realiza una intensa actividad de divulgación de este nuevo modelo de explotación, fomentando el voluntariado ambiental.




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