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11 mar 2010

Una empresa impulsa un sistema 3D multiángulo que no requiere gafas


Los gigantes de la electrónica de consumo se han decidido por la tecnología tridimensional con gafas de obturación activa, no porque sea la mejor o la más cómoda, sino porque es la que se encuentra más avanzada, pero tiene bastantes inconvenientes, el principal de ellos, que su uso en aplicaciones de exteriores como por ejemplo la publicidad mural, resulta inviable. La gente no va a salir a la calle con las gafas puestas. Este es un problema que hace tiempo que se había solucionado gracias al empleo de filtros lenticulares colocados delante de la pantalla, aunque con el inconveniente de que había muy pocas posiciones óptimas o puntos calientes delante del televisor donde se podía apreciar la imagen 3D sin problemas.

La empresa de Singapur Sunny Ocean Studios ha solucionado dos problemas de un plumazo. Sus monitores y pantallas compatibles con imagen estereoscópica no precisan de gafas para el visionado. Ni siquiera es necesario que la imagen corra a 60 Hz porque su tecnología no muestra alternativamente imágenes a uno u otro ojo. La solución lenticular de Sunny Ocean Studios permite disponer de hasta 64 puntos calientes delante de la pantalla. Esto quiere decir que hay 64 posiciones desde las cuales se puede percibir sin problemas la imagen de tres dimensiones. A efectos prácticos, la imagen se puede ver desde cualquier lugar delante de la pantalla.

El fabricante está dando los últimos toques a su planta de producción. Por el momento, crea productos para terceros, diseñados a medida del usuario. Éste puede pedir pantallas con diagonales entre siete y 100 pulgadas, con marcos fabricados en mdf, un derivado de la madera, o en metal, con un número específico de puntos calientes entre dos y 64, y con distancias de visionado que van desde los 70 cm a los 8 m. En cualquier caso, en los próximos meses sacará sus propios modelos comerciales, aunque en tiradas reducidas.

Esta tecnología no está exenta de inconvenientes. El primero de ellos, que hay que reconvertir las imágenes de 2D a 3D, la tecnología actual de gafas estereoscópicas en realidad proyecta dos imágenes en dos dimensiones sobre los ojos para que sea el cerebro quien se encargue de crear la tercera dimensión. Para ver video en tres dimensiones en uno de estos monitores, es preciso antes someter las películas a un procesado que depende del número de puntos calientes que se haya elegido. Los fabricantes defienden su oferta de imagen 3D afirmando que el proceso de visionado es mucho más natural, y exento de las molestias y dolores de cabeza que algunos espectadores han experimentado con las gafas actuales.




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