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19 may 2010

El pintor que oye colores


Desde que nació, Neil Harbisson ve el mundo en blanco y negro. Es una de aquellas personas, una de cada 33.000, que padecen acromatopsia, una afección hereditaria e irreversible que le impide ver los colores. Sin embargo, su vida cambió a raíz de su encuentro con el profesor de cibernética Adam Montandon, experto en técnicas para expandir los sentidos a través de la tecnología. Harbisson (Londres, 1982) le conoció en 2004, cuando cursaba composición musical en Inglaterra, en el Dartington College of Arts. Le contó su problema y Montandon le construyó un ojo cibernético, un eyeborg, capaz de convertir los colores en frecuencias sonoras. Esta nueva percepción de su entorno le llevó a combinar su pasión por la música y las artes plásticas en una serie de obras, que ahora se exhiben en el Espai Tramart (paseo de Colom, 6) de Barcelona, reunidas en la exposición Sinfonía de colores.

"Yo no veo los colores, los oigo. Mi eyeborg convierte cada color y cada matiz en una nota musical, así que para mí la percepción del color es una experiencia sonora y no visual", explica Harbisson, que desde marzo de 2004 no se separa nunca de su prótesis cibernética. El pequeño aparato, formado por un sensor y un auricular, cuelga de la frente del artista como si se tratara del tercer ojo de Shiva, que en la religión hindú se considera la puerta de la sabiduría. El sensor envía la información a un ordenador, dotado de un programa que convierte las ondas electromagnéticas de la luz en frecuencias musicales, que Harbisson interpreta como una escala de colores. "Al principio me dediqué a componer música con colores en vez que partituras. Luego empecé a realizar representaciones pictóricas de las propias composiciones musicales y finalmente me centré en los retratos sonoros, es decir, en pintar el sonido de los rostros", explica Harbisson, hijo de padre británico y madre catalana, que se crió entre Londres y Mataró.

La exposición, abierta hasta el 28 de mayo, reúne nueve representaciones pictóricas de piezas musicales clásicas de otros tantos compositores célebres (Beethoven, Mozart, Stravinski, Verdi, Vivaldi...) y 14 retratos de personajes famosos como Antoni Tàpies, Nicole Kidman, Montserrat Caballé, Woody Allen, Leonardo di Caprio, William Forsythe y el príncipe Carlos de Inglaterra. "Prefiero trabajar con músicas y rostros conocidos para que el público pueda establecer los paralelismos de forma intuitiva e inmediata", indica Harbisson, que también ha retratado personas anónimas.

Mañana, a partir de las 18.00 horas, el artista llevará a cabo una acción sonocromática para que el público pueda apreciar en directo las potencialidades del eyeborg para la creación plástica y musical. Para ello, realizará un retrato sonoro y escribirá una partitura cromática a partir de los colores y, por tanto, de las notas que emanan del rostro de una persona. "El eyeborg estará conectado a unos altavoces, que amplificarán los sonidos para que los espectadores puedan oír los colores como yo lo hago", añade Harbisson. Tras numerosas solicitudes, el Gobierno británico ha reconocido "la realidad sonocromática" en la que vive el artista y el aparato que lleva en la cabeza como una parte integrante de su cuerpo y su imagen, otorgándole el permiso de aparecer con el eyeborg en las fotografías del pasaporte y otros documentos oficiales.




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