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25 jun 2010

El mundo debe abandonar las bombillas tradicionales


La conferencia del Plan de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) insiste en que todos los países deben fomentar el uso de luces de bajo consumo

El Plan de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha inaugurado una conferencia internacional en Pekín con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de abandonar las tradicionales bombillas incandescentes, que suponen un gran gasto energético para el planeta. El foro, patrocinado también por el Gobierno chino y el Fondo Global para el Medio Ambiente (GEF), servirá para compartir experiencias sobre sustitución de estas bombillas por otras de bajo consumo en países como Australia, Canadá y Japón, así como las campañas de concienciación en China, país que produce el 70 por ciento de las bombillas mundiales.

"La iluminación representa un 19 por ciento del consumo de energía del planeta, pero cambiar las bombillas puede reducir este consumo en un tercio", destacó en la apertura de la conferencia la subdirectora del PNUD en China, la brasileña Silvia Morimoto.

Morimoto destacó especialmente los esfuerzos de China en la mejora de su iluminación, por ejemplo a través de planes de reparto de 270 millones de lámparas de bajo consumo en todo el país.

No obstante, según el experto Lu Wenbin, de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, todavía existen dificultades en China para convencer a su enorme población de que adopte las lámparas no incandescentes, debido a su mayor precio en las tiendas (aunque a la larga salgan más baratas, pues duran más).

Lu subrayó que en una década se ha logrado que más de la mitad de las lámparas que se producen en el país sean de bajo consumo, cuando hace 10 años sólo eran una de cada seis. Morimoto destacó el compromiso de las Naciones Unidas con China para una iluminación más "verde", con gestos como la firma del secretario general Ban Ki-moon con las autoridades chinas de un acuerdo para extender el uso de las lámparas de bajo consumo.

El programa, llamado PILESLAMP, durará tres años y supone una inversión de 84 millones de dólares, procedentes del Gobierno chino, empresas, donaciones y el citado GEF.

"Un simple cambio de una bombilla puede mitigar significativamente las amenazas del cambio climático", destacó el PNUD en el foro. Según el experto Liu Wenbin, el Gobierno chino proyecta que para 2015 un 20 por ciento de la iluminación pública y un 50 por ciento de los carteles luminosos usen lámparas de bajo consumo.

Las lámparas fluorescentes compactas, vistas como el mejor sustituto para las tradicionales bombillas, consumen un 80 por ciento menos de energía para producir la misma luz, duran entre diez y doce veces más y emiten menos dióxido de carbono -uno de los causantes del calentamiento global- a la atmósfera.




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