Investigadores de la Universidad de Zaragoza han detectado en el agua potable quistes de Cryptosporidium y Giardia,
dos protozoos que causan brotes de diarrea en humanos. Los niveles
registrados son muy bajos y no suponen un riesgo sanitario pero, según
el estudio, la ubicuidad de estos parásitos y la ineficacia de los
tratamientos convencionales para eliminarlos puede derivar en un
problema de salud pública.
Las personas pueden ingerir accidentalmente protozoos parásitos cuando beben agua en lugares de recreo, o incluso en casa si, por algún motivo, esta no llega completamente limpia. / RayMark/Pixabay |
Los protozoos de los géneros Cryptosporidium y Giardia
son los parásitos que provocan más brotes diarreicos de origen hídrico
en los países desarrollados. Las personas los pueden ingerir
accidentalmente cuando beben agua en lugares de recreo, o incluso en
casa si, por algún motivo, esta no llega completamente limpia.
Ahora
científicos de la Universidad de Zaragoza han analizado la presencia de
quistes y ooquistes –estados de resistencia y dispersión de estos
parásitos– en plantas potabilizadoras de las 20 localidades más
pobladas de Aragón. Tomaron muestras entre 2013 y 2015, tanto del agua
‘cruda’ que entra a las potabilizadoras como de la tratada que sale
lista para beber, y se analizaron con técnicas que emplea la Agencia de
Protección Ambiental de EE UU.
Los resultados, que se publican en la revista Science of The Total Environment,
muestran que en el agua potable que entregaban once de las plantas
había protozoos, “con una concentración media de 88 ooquistes de Cryptosporidium y 37 quistes de Giardia por cada 100 litros de agua”, explica a Sinc uno de los autores, Joaquín Quílez.
El
investigador subraya que estas concentraciones “son realmente bajas y
no representan riesgo sanitario”, aunque junto a los otros autores
advierte en el estudio: “La ubicuidad de estos parásitos en todo tipo de
fuentes y la ineficiencia de los tratamientos de agua convencionales
para inactivarlos puede presentar un problema serio de salud pública”.
Vacío legal sobre protozoos en el agua
Uno
de los inconvenientes en este ámbito es la falta de legislación, que no
establece límites en las concentraciones de estos patógenos. La
normativa sobre agua potable deja a criterio de las autoridades
sanitarias investigar o no la presencia de estos protozoos y solo en
casos concretos, como cuando se confirma la presencia de Clostridium y la turbidez del agua es muy alta (superior a 5 UNF o unidades nefelométricas de turbidez).
En este estudio se detectó Cryptosporidium en el 55 % de las plantas potabilizadoras y Giardia en
un 70% de las mismas, con nueve plantas positivas para los dos
protozoos y sólo cuatro en las que no se registró ninguno. Ambos
patógenos se encontraron en el agua de entrada durante todo el año, con
una menor frecuencia en otoño y un máximo en invierno (sobre todo de Giardia, con 1,25 quistes por litro).
“Las
técnicas de potabilización no son completamente eficaces para
eliminarlos del agua o inactivarlos en caso de que pasen los filtros
correspondientes, ya que resisten la cloración”, indica Quílez, “por lo
que si su concentración es muy elevada en el agua de entrada a la
potabilizadora, en la de salida podrían mantenerse en cantidad
suficiente para desencadenar un brote de diarrea”.
Los autores encontraron uno o los dos patógenos en el agua que salía de
siete de las 11 plantas en las que se realiza un tratamiento
convencional completo (con las etapas de coagulación, floculación
–adición de agentes para facilitar posterior decantación de sustancias–,
sedimentación, filtración y procesos de desinfección), y en cuatro de
las otras nueve potabilizadoras donde no se aplica alguno de esos pasos
de precloración.
Aunque esta investigación está enfocada a Aragón, “los resultados son
similares en otras zonas de España, según reflejan otros estudios en Galicia,
País Vasco y zona centro”, destaca Quílez, quien recuerda que, dado que
la concentración de estos parásitos en el agua habitualmente es baja,
las técnicas para detectarlos son muy costosas y no se realizan de forma
rutinaria”.
Brotes de diarrea en Europa y EE UU
El
Reino Unido es el único país de la UE donde durante unos años se ha
estado analizando la presencia de estos patógenos de forma sistemática
por parte de las compañías suministradoras de agua. También es el país
europeo, junto con Irlanda, donde se han comunicado más casos de
infecciones por Cryptosporidium y Giardia.
Los
brotes diarreicos que producen estos parásitos pueden afectar a grandes
grupos de población, como el de giardiosis que hizo enfermar a unas 2500
personas en Bergen (Noruega) en 2004, o el brote masivo de
criptosporidiosis que en 2003 afectó a más de 400.000 personas en
Milwaukee, en EE UU.
Referencia bibliográfica:
Ana Ramo, Emilio Del Cacho, Caridad Sánchez-Acedo, Joaquín Quílez. “Occurrence of Cryptosporidium and Giardia in raw and finished drinking water in north-eastern Spain”. Science of The Total Environment 580: 1007–1013, 2017.
Fuente: SINC
Ana Ramo, Emilio Del Cacho, Caridad Sánchez-Acedo, Joaquín Quílez. “Occurrence of Cryptosporidium and Giardia in raw and finished drinking water in north-eastern Spain”. Science of The Total Environment 580: 1007–1013, 2017.
Fuente: SINC
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