Investigadores de Cataluña han descrito el papel de una nueva proteína en el cáncer de hígado. El hallazgo, publicado en Journal of Hepatology, tiene una clara relevancia clínica ya que permitirá seleccionar los pacientes y aplicarles una terapia más específica.
El grupo de investigación que lidera Isabel Fabregat. / IDIBELL |
Expertos del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) acaban de describir por primera vez la implicación crucial de una proteína de la membrana celular en el desarrollo y progresión del cáncer de hígado, según un artículo publicado en la revista Journal of Hepatology.
Esta proteína, llamada clatrina,
es conocida por su papel clave en el proceso de internalización de
moléculas del espacio extracelular hacia el interior de la célula,
llamado endocitosis. En este proceso, la membrana de la célula se
repliega y forma vesículas, la estructura de las cuales está recubierta
de clatrina.
Gracias a los nuevos resultados, analizar los niveles
de expresión de clatrina en biopsias de pacientes de carcinoma
hepatocelular ayudará a seleccionar aquellos enfermos que se beneficiarán de una terapia mucho más dirigida y personalizada.
Las células hepáticas con características invasivas presentan altos niveles de clatrina, proteína para la que no se conocía su implicación en cáncer de hígado
El equipo, liderado por Isabel Fabregat, profesora de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona e investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas
(CIBEREHD), ha puesto en evidencia que las células hepáticas con
características invasivas presentan altos niveles de clatrina, proteína
para la que no se conocía su implicación en cáncer de hígado.
En concreto, se ha demostrado que una elevada expresión de clatrina correlaciona con el favorecimiento de la vía protumorogénica de un conocido actor de la carcinogénesis hepática: el TGF-β.
En este sentido, el trabajo aporta un conocimiento completamente nuevo y
clínicamente valioso a la hora de entender el complejo y controvertido
papel del TGF-β en este tipo de cáncer.
El TGF-β, que pertenece a
un amplio grupo de proteínas llamadas citoquinas, tiene un papel dual:
en condiciones normales, o en estadios tempranos de carcinogénesis,
ejerce un papel supresor tumoral, promoviendo la muerte celular y
reduciendo el crecimiento del tumor.
Pero en estadios avanzados de
cáncer de hígado, donde su vía de señalización está muy activada, las
células tumorales han adquirido capacidades para escapar a sus funciones
supresoras y responden a él induciendo la migración celular y la
invasión, y contribuyendo, por tanto, a la diseminación del tumor.
El papel de la clatrina
Trabajos
anteriores del grupo de Fabregat habían demostrado que para que tenga
lugar este cambio de comportamiento celular el TGF-β activa en las
células tumorales la vía del receptor de EGF (EGFR), cuya sobreexpresión
e hiperactividad se ha asociado a un gran número de cánceres.
Los nuevos resultados han puesto en evidencia que la clatrina es imprescindible para el proceso de endocitosis
(mecanismo para incorporar grandes cantidades de moléculas
extracelulares de forma masiva) del EGFR, paso determinante para la
activación de esta vía por el TGF-β. Los experimentos in vitro del reciente estudio han permitido demostrar que los niveles celulares de clatrina determinan, vía EGFR, la función del TGF-β.
Niveles elevados de la proteína clatrina promueven el carácter proinvasivo y tumorigéno de las células
Si se elimina la expresión de clatrina, las células mueren.
Por el contrario, elevados niveles de clatrina promueven el carácter
proinvasivo y tumorigéno de las células. El motivo de este efecto hay
que buscarlo en la funcionalidad de la vía del EGFR: la eliminación de
la clatrina se traduce en una inhibición de esta vía de señalización.
Los investigadores han demostrado, también, que el TGF-β es capaz de inducir la síntesis de clatrina, incentivando, en definitiva, un bucle de autoestimulación.
El estudio también demuestra que la expresión de clatrina aumenta durante la tumorogénesis hepática en humanos y ratones,
y su expresión cambia la respuesta al TGF-β a favor de las señales
antiapoptóticas / protumorogénicas. Existe una correlación positiva
entre la expresión de TGF-β y clatrina en muestras de pacientes de
carcinoma hepatocelular. Los pacientes que expresan altos niveles de
TGF-β y clatrina mostraron un peor pronóstico y una menor
supervivencia.
Según Fabregat, “determinar los niveles de
expresión de clatrina en muestras de pacientes de carcinoma
hepatocelular puede ser de gran ayuda a la hora de seleccionar aquellos a
los que se les puede administrar una terapia basada en inhibidores de
la vía del TGF-β”.
El estudio ha contado con la participación
activa de las diferentes instituciones sanitarias que integran el
IDIBELL. Los análisis de los tumores humanos han sido realizados por E.
Ramos y T. Serrano, del Hospital Universitario de Bellvitge. Por otra
parte, X. Solé y A. Alay, del Instituto Catalán de Oncología, han
llevado a cabo el tratamiento bioinformático de los datos. Además, se ha
contado con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid.
Referencia bibliográfica:
Caballero-Díaz
D, Bertran E, Peñuelas-Haro I, Moreno-Càceres J, Malfettone
A, López-Luque J, Addante A, Herrera B, Sánchez A, Alay A, Solé
X, Serrano T, Ramos E, Fabregat I. Clathrin switches Transforming Growth
Factor-β role to pro-tumorigenic in liver cancer. J Hepatol. 2019 Sep 25. pii: S0168-8278(19)30549-5. doi: 10.1016/j.jhep.2019.09.012.
Fuente: IDIBELL
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