Es el rincón con mayor diversidad biológica del mundo y un nuevo hallazgo parece confirmarlo. Biólogos ecuatorianos han descubierto 25 nuevas especies de árboles, algunos de hasta 30 metros, en el Parque Natural Yasuníde, en la la Amazonía.
El hallazgo es uno de los frutos de 15 años de análisis intensivo de una pequeña parcela del Parque Natural Yasuní, localizado al este de Ecuador, fronteriza con Perú. Precisamente, el Gobierno de Ecuador ha puesto en marcha un plan inédito para salvar los valores naturales de Yasuní. En lugar de extraer el petróleo de su subsuelo, como estaba previsto, ha pedido que la comunidad internacional le compense a cambio de no hacerlo. A principios de agosto se firmó un acuerdo en la ONU por el que Ecuador recibirá en los próximo años 3.000 millones de dólares, equivalentes a la mitad de lo que habría obtenido si extrajera el crudo.
Aunque el ser humano identifica nuevas especies de forma casi rutinaria, principalmente insectos o ranas, es raro encontrar árboles ignotos.
"Es algo extraordinario para un bosque que en un estudio hayamos encontrado esas especies nuevas en ese número", declaró a Efe Renato Valencia, Subdecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
Especies antes desconocidas
Entre las especies identificadas se encuetran algunas que alcanzan los 30 metros de altura, lo que hace preguntarse cómo era posible que no se conocieran hasta ahora. Entre las nuevas epecies también hay dos géneros nuevos, es decir, familias de especies hasta ahora desconocidas para los seres humanos.
En total 1.200 especies diferentes de árboles y arbustos viven en una parcela de un kilómetro de largo por 500 metros de ancho en el Yasuní, que Valencia analiza desde 1995.
Ello la convierte en el pedazo de tierra con más biodiversidad del planeta, por encima de las selvas de Malasia, pues en tan sólo esas 50 hectáreas existen más especies de árboles que en Estados Unidos y Canadá juntos.
En el parque, que con casi un millón de hectáreas es la mayor reserva natural de Ecuador, viven más de mil especies de animales.
El proyecto investigador
El proyecto dirigido por Valencia aspira a entender la dinámica de nacimiento, vida y muerte de los árboles de la Amazonía a partir del estudio detallado de una parcela elegida al azar. Los científicos ecuatorianos mantienen una 'ficha vital' de 304.000 tallos.
Cada cinco años, los biólogos comprueban el diámetro de los árboles , si están vivos, y su estructura. EStos datos los utilizarán después en el laboratorio para calcular el ritmo de crecimiento y la cantidad de carbono que almacenan, un factor clave para conocer la capacidad de los bosques de absorber los gases que provocan el calentamiento global.
A partir de estos datos han descubierto que las selvas amazónicas podrían captar carbono a una menor tasa que lo calculado anteriormente: 0,15 toneladas por año, en lugar de 1 tonelada, como han dicho algunos estudios.
Nuevas incógnitas
Además de nuevas respuestas, los biólogos ofrecen nuevas preguntas. Una de ellas es cómo es posible que un gran número de especies de la misma familia, que usan el mismo tipo de recursos, convivan una al lado de la otra, sin que una logre ser dominante, como ocurre en bosques en otras latitudes.
Otro misterio es encontrar numerosos individuos de una especie que viven en solitario en la parcela de estudio, sin que se sepa cómo llegaron allí y cómo lograrán reproducirse.
"La selva es enigmática. A veces pensamos que lo conocemos todo, pero en realidad no conocemos ni siquiera el nombre de las especies en muchos casos", comenta Valencia.
FUENTE:
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/24/ciencia/1282646141.html
ZONA ECO:
http://biqfr.blogspot.com/search/label/Eco
El hallazgo es uno de los frutos de 15 años de análisis intensivo de una pequeña parcela del Parque Natural Yasuní, localizado al este de Ecuador, fronteriza con Perú. Precisamente, el Gobierno de Ecuador ha puesto en marcha un plan inédito para salvar los valores naturales de Yasuní. En lugar de extraer el petróleo de su subsuelo, como estaba previsto, ha pedido que la comunidad internacional le compense a cambio de no hacerlo. A principios de agosto se firmó un acuerdo en la ONU por el que Ecuador recibirá en los próximo años 3.000 millones de dólares, equivalentes a la mitad de lo que habría obtenido si extrajera el crudo.
Aunque el ser humano identifica nuevas especies de forma casi rutinaria, principalmente insectos o ranas, es raro encontrar árboles ignotos.
"Es algo extraordinario para un bosque que en un estudio hayamos encontrado esas especies nuevas en ese número", declaró a Efe Renato Valencia, Subdecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
Especies antes desconocidas
Entre las especies identificadas se encuetran algunas que alcanzan los 30 metros de altura, lo que hace preguntarse cómo era posible que no se conocieran hasta ahora. Entre las nuevas epecies también hay dos géneros nuevos, es decir, familias de especies hasta ahora desconocidas para los seres humanos.
En total 1.200 especies diferentes de árboles y arbustos viven en una parcela de un kilómetro de largo por 500 metros de ancho en el Yasuní, que Valencia analiza desde 1995.
Ello la convierte en el pedazo de tierra con más biodiversidad del planeta, por encima de las selvas de Malasia, pues en tan sólo esas 50 hectáreas existen más especies de árboles que en Estados Unidos y Canadá juntos.
En el parque, que con casi un millón de hectáreas es la mayor reserva natural de Ecuador, viven más de mil especies de animales.
El proyecto investigador
El proyecto dirigido por Valencia aspira a entender la dinámica de nacimiento, vida y muerte de los árboles de la Amazonía a partir del estudio detallado de una parcela elegida al azar. Los científicos ecuatorianos mantienen una 'ficha vital' de 304.000 tallos.
Cada cinco años, los biólogos comprueban el diámetro de los árboles , si están vivos, y su estructura. EStos datos los utilizarán después en el laboratorio para calcular el ritmo de crecimiento y la cantidad de carbono que almacenan, un factor clave para conocer la capacidad de los bosques de absorber los gases que provocan el calentamiento global.
A partir de estos datos han descubierto que las selvas amazónicas podrían captar carbono a una menor tasa que lo calculado anteriormente: 0,15 toneladas por año, en lugar de 1 tonelada, como han dicho algunos estudios.
Nuevas incógnitas
Además de nuevas respuestas, los biólogos ofrecen nuevas preguntas. Una de ellas es cómo es posible que un gran número de especies de la misma familia, que usan el mismo tipo de recursos, convivan una al lado de la otra, sin que una logre ser dominante, como ocurre en bosques en otras latitudes.
Otro misterio es encontrar numerosos individuos de una especie que viven en solitario en la parcela de estudio, sin que se sepa cómo llegaron allí y cómo lograrán reproducirse.
"La selva es enigmática. A veces pensamos que lo conocemos todo, pero en realidad no conocemos ni siquiera el nombre de las especies en muchos casos", comenta Valencia.
FUENTE:
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/24/ciencia/1282646141.html
ZONA ECO:
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