Al planeta Tierra y los pueblos indígenas que lo habitan, le salen, de vez en cuando, defensores de alto postín. En los años 90, el cantante británico Sting se convirtió en el adalid de los pueblos de la Amazonía y se comprometió a poner en el candelero la deforestación de la selva. En la primera década del siglo XXI, la batuta pasó al ex-vicepresidente americano Al Gore, que llevó el mensaje de los peligros del cambio climático por todo el mundo, enriqueciéndose de paso con ello.
Ahora le toca el turno al cineasta James Cameron, cuya película Avatar, una de las más taquilleras de la historia del cine, se ha convertido en un símbolo para quienes defienden los escasos reductos naturales que quedan vírgenes. Y no sólo su producto es utilizado contra presas hidráulicas, petroleras o compañías sin escrúpulos, sino que él mismo va adquiriendo cada vez mayor protagonismo en la defensa del medio ambiente.
La más reciente de sus iniciativas tiene mucho que ver con la conservación del planeta, pero también con el temor de la NASA a que sus fondos sufran el anunciado recorte de un 7% para el próximo año: Cameron ha sido contratado por la agencia espacial norteamericana para hacer tres anuncios sobre sus programas científicos relacionados con la exploración de la Tierra desde el espacio, cuyo objetivo último es testar los cambios y ayudar en su más óptima conservación.
Al menos así lo explica el director de cine canadiense en tres vídeos que se inician con imágenes del mundo fantástico que bautizó como Pandora y que decenas de millones de personas han podido ver en tres dimensiones. "La NASA vigila constantemente nuestra casa. Su flota de satélites nos revela constantemente la totalidad del planeta; sus más remotos lugares, sus misterios y la poderosa influencia de los humanos", apunta Cameron en uno de los tres anuncios de televisión.
Pero si esta pasada semana viaja virtualmente al espacio, la anterior se sumergió en las profundidades del lago ruso Baikal, donde cumplió 56 años a 1.400 metros por debajo de la superficie, dentro de un batiscafo Mir-1. Le invitó para la ocasión el científico ruso Anatoli Sagalévich, que preside la Fundación de Protección del Baikal (FPB) y que ya le había acompañado durante el rodaje de Titanic para ver in situ los restos hundidos del famoso trasatlántico. Parece que James Cameron habría encontrado en las aguas del Baikal, las más profundas del planeta, un nuevo escenario para su 'Avatar 2'.
Batiscafos rusos
Como nueva voz autorizada en las causas ambientales, a principios de este mismo verano, el cineasta había propuesto utilizar los batiscafos rusos con los que se paseó por el fondo del lago ruso para detener el vertido del Golfo de México provocado por British Petroleum, pero, pese a su insistencia, la propuesta finalmente no fue aceptada por los directivos de la compañía petrolera.
En los últimos meses también ha sido requerido por la ONG Survival International para que se postulara a favor de un grupo de indígenas indios, cuyas tierras estaban amenazadas por el proyecto de una multinacional. Eran los Na'vi de la Tierra, protagonistas reales de una historia real que se parecía mucho a la de la exitosa versión cinematográfica.
Además, a principios de abril, durante un viaje a Brasil para promocionar Avatar, el director visitó la región del Alto Xingú, donde el Gobierno de Lula quiere construir una gigantesca presa sobre el río, la de Belo Monte, que pone en peligro la supervivencia de las culturas que habitan junto a su cauce. Allí, rodeado de 70 indios de diferentes tribus, no dudó en pintarse los colores de guerra contra una infraestructura cuya licitación ha seguido adelante pese a las trabas puestas por los tribunales.
Cameron reconoció que, pese a haber producido Avatar, hasta entonces su ecologismo había sido bastante tibio. "No basta con reciclar la basura o tener placas solares en casa", declaraba. Todo parece indicar que ahora se quiere convertir en el héroe protagonista de la historia de los Pandoras que sobreviven en la Tierra, incluso hablando desde el espacio.
FUENTE;
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/02/ciencia/1283451667.html
ZONA ECO:
http://biqfr.blogspot.com/search/label/Eco
Ahora le toca el turno al cineasta James Cameron, cuya película Avatar, una de las más taquilleras de la historia del cine, se ha convertido en un símbolo para quienes defienden los escasos reductos naturales que quedan vírgenes. Y no sólo su producto es utilizado contra presas hidráulicas, petroleras o compañías sin escrúpulos, sino que él mismo va adquiriendo cada vez mayor protagonismo en la defensa del medio ambiente.
La más reciente de sus iniciativas tiene mucho que ver con la conservación del planeta, pero también con el temor de la NASA a que sus fondos sufran el anunciado recorte de un 7% para el próximo año: Cameron ha sido contratado por la agencia espacial norteamericana para hacer tres anuncios sobre sus programas científicos relacionados con la exploración de la Tierra desde el espacio, cuyo objetivo último es testar los cambios y ayudar en su más óptima conservación.
Al menos así lo explica el director de cine canadiense en tres vídeos que se inician con imágenes del mundo fantástico que bautizó como Pandora y que decenas de millones de personas han podido ver en tres dimensiones. "La NASA vigila constantemente nuestra casa. Su flota de satélites nos revela constantemente la totalidad del planeta; sus más remotos lugares, sus misterios y la poderosa influencia de los humanos", apunta Cameron en uno de los tres anuncios de televisión.
Pero si esta pasada semana viaja virtualmente al espacio, la anterior se sumergió en las profundidades del lago ruso Baikal, donde cumplió 56 años a 1.400 metros por debajo de la superficie, dentro de un batiscafo Mir-1. Le invitó para la ocasión el científico ruso Anatoli Sagalévich, que preside la Fundación de Protección del Baikal (FPB) y que ya le había acompañado durante el rodaje de Titanic para ver in situ los restos hundidos del famoso trasatlántico. Parece que James Cameron habría encontrado en las aguas del Baikal, las más profundas del planeta, un nuevo escenario para su 'Avatar 2'.
Batiscafos rusos
Como nueva voz autorizada en las causas ambientales, a principios de este mismo verano, el cineasta había propuesto utilizar los batiscafos rusos con los que se paseó por el fondo del lago ruso para detener el vertido del Golfo de México provocado por British Petroleum, pero, pese a su insistencia, la propuesta finalmente no fue aceptada por los directivos de la compañía petrolera.
En los últimos meses también ha sido requerido por la ONG Survival International para que se postulara a favor de un grupo de indígenas indios, cuyas tierras estaban amenazadas por el proyecto de una multinacional. Eran los Na'vi de la Tierra, protagonistas reales de una historia real que se parecía mucho a la de la exitosa versión cinematográfica.
Además, a principios de abril, durante un viaje a Brasil para promocionar Avatar, el director visitó la región del Alto Xingú, donde el Gobierno de Lula quiere construir una gigantesca presa sobre el río, la de Belo Monte, que pone en peligro la supervivencia de las culturas que habitan junto a su cauce. Allí, rodeado de 70 indios de diferentes tribus, no dudó en pintarse los colores de guerra contra una infraestructura cuya licitación ha seguido adelante pese a las trabas puestas por los tribunales.
Cameron reconoció que, pese a haber producido Avatar, hasta entonces su ecologismo había sido bastante tibio. "No basta con reciclar la basura o tener placas solares en casa", declaraba. Todo parece indicar que ahora se quiere convertir en el héroe protagonista de la historia de los Pandoras que sobreviven en la Tierra, incluso hablando desde el espacio.
FUENTE;
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/02/ciencia/1283451667.html
ZONA ECO:
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