5 sept 2017

Nuevas señales de radio cósmicas intrigan a los astrónomos

Nuevas y sorprendentes señales de radio procedentes de una galaxia situada a 3.000 millones de años luz desconciertan a los astrónomos. Nunca se han registrado a una frecuencia tan alta y, aunque pueden originarse por agujeros negros o estrellas de neutrones, no se descarta la hipótesis extraterrestre. Se emitieron antes de que la vida se originara en la Tierra.






El proyecto Breakthrough Listen, creado por el científico Stephen Hawking y el millonario ruso Yuri Milner para buscar signos de vida extraterrestre a través del universo, ha detectado 15 señales de radio en el espacio de cinco horas, procedentes todas ellas de una pequeña galaxia situada a 3.000 millones de años luz de la Tierra.

Durante cinco horas, se registraron 400 terabytes de datos en toda la banda de frecuencia de 4 a 8 Ghz. Al analizar esos datos, los científicos descubrieron las 15 ráfagas de señales, todas procedentes de la misma fuente.

Estas señales no sólo fueron mucho más rápidas, sino que también se emitieron a una frecuencia mayor que las señales observadas anteriormente, con una emisión más brillante producida en torno a 7 Ghz.

No es la primera vez que se detectan señales de este tipo procedentes de esa misma galaxia, pero hasta ahora no se habían detectado con esa frecuencia, lo que ha llevado a sus descubridores a pedir la ayuda de otros científicos para comprender su origen.

"Señales de ese tipo nunca se habían visto a esa alta frecuencia", explica Andrew Siemion, director del Berkeley SETI Research Center y del programa Breakthrough Listen, en un comunicado.

Según The Guardian, algunos piensan que estas señales proceden de agujeros negros o de estrellas de neutrones en rotación con campos magnéticos muy fuertes, pero otros científicos no descartan la posibilidad, más hipotética, de que puedan ser señales de radio procedentes de aparatos extraterrestres.

Se trataría de señales de radio conocidas como estallido rápido de radio (fast radio bursts), que forman parte de potentes señales de radio que surgen desde el espacio lejano durante algunos milisegundos y luego desaparecen.

Las primeras señales de este tipo se registraron en 2007, pero la señal más enigmática se detectó en 2012, cuando, al contrario de las anteriores, esta señal se repitió en varias ocasiones, aunque sin un patrón establecido.

Sólo en 2015, los astrónomos consiguieron confirmar que las repetidas ráfagas de radio rápidas procedían de un mismo lugar, una fuente que han llamado FRB 121102, situada en una galaxia enana a 3 mil millones de años luz de la Tierra. Hasta ahora se han detectado más de 150 ráfagas rápidas de radio procedentes de este punto.

Imágenes de 14 de las 15 ráfagas detectadas en todo el espectro. Fuente: Breakthrough Listen.



Última sorpresa

La nueva sorpresa ha ocurrido ahora, cuando el equipo del proyecto Breakthrough Listen detectó nuevas señales de radio con una frecuencia aún más elevada durante cinco horas el 26 de agosto, lo que podría ayudar a identificar con exactitud su procedencia.

Los investigadores han confirmado que estas últimas señales proceden también de la misma galaxia enana donde está el FRB 121102. Lo han confirmado al examinar su dispersión, un indicador de lo que ha viajado una señal antes de llegar a la Tierra.

Según los investigadores, la naturaleza repetitiva de las señales tiende a descartar que proceda de agujeros negros, tal como ha explicado el principal responsable de la observación, Vishal Gajjar.

La hipótesis del posible origen extraterrestre no se descarta, si bien, dado que las señales se sitúan a 3.000 millones de años luz de nosotros, hay que considerar que esas señales se produjeron hace mucho, mucho tiempo.

Cuando esas señales dejaron su galaxia de origen, nuestro sistema solar tenía menos de 2 mil millones de años, señaló Steve Croft, astrónomo de Breakthrough Listen, de la UC Berkeley. La vida en la Tierra consistía sólo en organismos unicelulares. Esas señales se habrían emitido mil millones de años antes incluso de que la más sencilla vida multicelular comenzara a evolucionar en nuestro planeta.

Referencia Bibliográfica:


Fuente: T21

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