Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) descubre que los minerales que forman este tipo de meteoritos pueden sintetizar ciertos compuestos orgánicos complejos en presencia de agua y formamida. Las condritas carbonáceas pudieron abonar distintos lugares del sistema solar y, allá donde tales reacciones químicas fuesen posibles, podría haber surgido vida. El trabajo se ha publicado en la revista Scientific Reports.
La textura interna de la condrita carbonácea CK4 Larkman Nunatak 04318 muestra los materiales de grano fino en los que tuvieron lugar los procesos de alteración acuosa. Fuente: CSIC. |