¿Por qué hay personas que, como suele decirse, se comen la cabeza, mientras que otras jamás meditan sobre lo que hacen? La respuesta parece encontrarse en una específica región del cerebro, que parece ser mayor en los individuos que reflexionan sobre sus pensamientos y decisiones, según un estudio del Centro Wellcome Trust de Neuroimagen en Londres (Reino Unido) que se publica en la revista Science.
Este acto de introspección, o pensar sobre los pensamientos propios, es un aspecto clave de la conciencia humana que varía mucho de una persona a otra. Los investigadores, dirigidos por Stephen Fleming, sugieren que el volumen de materia gris en la corteza prefrontal anterior del cerebro, que se encuentra justo detrás de los ojos, es un indicador fuerte de la capacidad introspectiva de una persona.
Además, los autores señalan que la estructura de la materia blanca conectada con esta área está también vinculada a este proceso de introspección.
Los autores creen que en el futuro el descubrimiento podría ayudar a los científicos a comprender cómo ciertas lesiones cerebrales afectan a la capacidad de un individuo para reflexionar sobre sus propios pensamientos y acciones. Con este conocimiento, podrían desarrollarse tratamientos adaptados a los pacientes, como en el caso de las víctimas de ictus o aquellos con traumas cerebrales graves que podrían no comprender su propio estado.
¿Innato o adquirido?
El descubrimiento no significa necesariamente que los individuos con un volumen de materia gris mayor en esa región del cerebro hayan experimentado o vayan a tener más pensamientos introspectivos que otras personas. Pero los investigadores establecen una correlación entre la estructura de materia gris y materia blanca en la corteza prefrontal y los varios niveles de introspección que los individuos podrían experimentar.
No está claro, sin embargo, si estos descubrimientos reflejan las diferencias innatas en la anatomía humana, o bien, los efectos físicos de la experiencia y el aprendizaje sobre el cerebro. Esta última posibilidad plantea la perspectiva de que exista una vía para entrenar las capacidades metacognitivas al explotar la naturaleza maleable de estas regiones de la corteza prefrontal.
Los autores señalan que se necesitan explorar los procesos mentales que subyacen a la introspección y entonces vincular estos procesos con los procesos biológicos existentes.
FUENTE:
http://www.abc.es/20100916/ciencia/secreto-personas-piensan-veces-201009161840.html
Este acto de introspección, o pensar sobre los pensamientos propios, es un aspecto clave de la conciencia humana que varía mucho de una persona a otra. Los investigadores, dirigidos por Stephen Fleming, sugieren que el volumen de materia gris en la corteza prefrontal anterior del cerebro, que se encuentra justo detrás de los ojos, es un indicador fuerte de la capacidad introspectiva de una persona.
Además, los autores señalan que la estructura de la materia blanca conectada con esta área está también vinculada a este proceso de introspección.
Los autores creen que en el futuro el descubrimiento podría ayudar a los científicos a comprender cómo ciertas lesiones cerebrales afectan a la capacidad de un individuo para reflexionar sobre sus propios pensamientos y acciones. Con este conocimiento, podrían desarrollarse tratamientos adaptados a los pacientes, como en el caso de las víctimas de ictus o aquellos con traumas cerebrales graves que podrían no comprender su propio estado.
¿Innato o adquirido?
El descubrimiento no significa necesariamente que los individuos con un volumen de materia gris mayor en esa región del cerebro hayan experimentado o vayan a tener más pensamientos introspectivos que otras personas. Pero los investigadores establecen una correlación entre la estructura de materia gris y materia blanca en la corteza prefrontal y los varios niveles de introspección que los individuos podrían experimentar.
No está claro, sin embargo, si estos descubrimientos reflejan las diferencias innatas en la anatomía humana, o bien, los efectos físicos de la experiencia y el aprendizaje sobre el cerebro. Esta última posibilidad plantea la perspectiva de que exista una vía para entrenar las capacidades metacognitivas al explotar la naturaleza maleable de estas regiones de la corteza prefrontal.
Los autores señalan que se necesitan explorar los procesos mentales que subyacen a la introspección y entonces vincular estos procesos con los procesos biológicos existentes.
FUENTE:
http://www.abc.es/20100916/ciencia/secreto-personas-piensan-veces-201009161840.html