Un estudio internacional revela que los cerebros de los primeros mamíferos evolucionaron para tener unos sentidos del olfato y del tacto más sofisticados. Los investigadores analizaron los fósiles de dos especies con más de 190 millones de años y observaron que las áreas del cerebro que controlan estos sentidos experimentaron un crecimiento más avanzado que el resto de zonas.
“Unos sentidos del olfato y del tacto más precisos podrían haber sido cruciales para que los mamíferos sobrevivieran y prosperaran durante la etapa más temprana de nuestra historia de la evolución”, explica Zhe-Xi Luo, uno de los autores del estudio e investigador del Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburgh (EE UU).