Imagen del meteoro (la estela incandescente) que deja a su paso el meteoroide (la partícula que atraviesa la atmósfera terrestre). Aparecen señaladas las constelaciones de Casiopea y Perseo. Esta última da nombre a lluvia de estrellas de las Perseidas. Foto: Bob King
Según astrónomos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), los aficionados a la astronomía podrán observar esa noche hasta 200 estrellas fugaces en una hora.
Para acercar este fenómeno a la sociedad, el Año Internacional de la Astronomía, que coordina el CSIC en España, celebrará, durante toda la semana, la tercera edición de la Fiesta de las Estrellas, que incluye la organización de observaciones públicas en puntos emblemáticos de todo el territorio nacional. Por ejemplo, los aficionados a la astronomía podrán avistar el fenómeno desde una goleta, en Santander, o en las ruinas romanas de Cuenca.
Como explica el investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC), en Granada, Pablo Santos, lo que se conoce como estrellas fugaces son, en realidad, meteoros: partículas de polvo de tamaño variable que los cometas van dejando a lo largo de su órbita mientras giran alrededor del Sol.
En contadas ocasiones, La Tierra entra en contacto con la órbita de un cometa y los restos de partículas de los que éste se desprende se desintegran al entrar en contacto con la atmósfera terrestre. En el caso concreto de Las Perseidas, los meteoros que surcan el cielo español cada año por estas fechas proceden del cometa Swift Tuttle, que tarda unos 130 años en dar la vuelta alrededor del Sol y que fue visto por última vez en nuestro planeta en 1992.
Generalmente, las lluvias de meteoros son bautizadas con el nombre de la constelación donde se encuentra el punto radiante: el punto del cielo desde el cual parecen provenir los meteoros en el instante del máximo de actividad. La lluvia de estrellas de agosto se localiza en la constelación de Perseo, de la que recibe el nombre de Perseidas.
La popularidad de las Lágrimas de San Lorenzo no sólo se debe al mes en el que acontecen, sino también a su gran actividad. De hecho, las primeras referencias a esta lluvia de estrellas datan de hace unos 2.000 años y provienen de oriente, donde algunos observadores chinos ya registraron el fenómeno. Sin embargo, hasta el siglo XIX no se relacionó esta lluvia de estrellas con la actividad de un cometa.
Más información en la página web del Año Internacional de la Astronomía:
http://www.astronomia2009.es/
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