Nos pasamos 25 años de media en nuestra vida durmiendo, pero aún no
sabemos para qué sirve exactamente el sueño ni lo que sucede mientras
tiene lugar. Las técnicas más modernas están aprovechando electrodos
para estudiarlo por primera vez desde dentro mismo del cerebro. Hablamos
sobre sus implicaciones con Yuval Nir, pionero en este abordaje.
Yuval Nir en su laboratorio. Imagen cedida por el investigador. |
Es un gran y paradójico desconocido el sueño. Llena un tercio de
nuestras vidas y durante siglos se pensaba que nada importante ocurría
ahí: se le llamaba la muerte breve, lapsos de horas inútiles a las que
nadie podía escapar. Sin embargo, la evolución le tenía un aprecio
especial: lo colocó de una u otra forma en la práctica totalidad de los animales a que dio lugar. ¿Para qué sirve el sueño? ¿Qué sucede mientras sucede?
Yuval
Nir es un investigador israelí que lleva años haciéndose estas
preguntas y estudiando algunas de las respuestas. Entre sus particulares
métodos está el de aprovechar electrodos implantados en el cerebro de
pacientes epilépticos. Así se obtiene información desde su mismo lugar
de origen, mucho más precisa que los métodos externos y tradicionales.
Hablar
sobre el sueño es hacerlo también sobre los recuerdos, la memoria, la
evolución y la propia consciencia. Charlamos sobre todo esto con Yuval
Nir en Berlín, justo después de su conferencia en Falling Walls, un evento sobre ciencia y tecnología que conmemora cada año la caída del Muro.
Mientras dormimos estamos mucho más expuestos a los peligros. ¿Por qué le gusta tanto el sueño a la evolución?
Bueno,
la respuesta corta y honesta es que todavía no lo sabemos, pero hay
muchas teorías. Las tres principales son estas: la primera afirma que se
necesita para restaurar la actividad del cerebro, sintetizando grandes
moléculas, desechando los residuos… Una especie de mantenimiento. La
segunda se llama “inactividad adaptativa”: es lo mejor que puedes hacer
cuando no tienes otra cosa que hacer. Suena un poco tonto, pero hay ciertas evidencias.
Y la tercera sostiene que su función básica es reforzar el aprendizaje y
la memoria. Podría ser que organizara las conexiones sinápticas entre
neuronas, como en una defragmentación del disco duro del ordenador: para
organizarse mejor necesita desconectarse.
Pero hay diferencias entre el sueño de los humanos y de los
demás animales. Por ejemplo, los elefantes duermen muy pocas horas y son
considerados bastante inteligentes.
Sí, no se trata
tanto de cuánto tiempo se duerme como de la profundidad del sueño. Por
ejemplo, si te mantienes despierto durante tres días no dormirás 24
horas seguidas: el cerebro tenderá a compensarlo con un sueño más
profundo. Probablemente los elefantes han evolucionado consiguiendo
formas más de sueño más profundas.
¿Y los delfines? Pueden
separar el sueño. Duermen con un hemisferio y el otro lo mantienen
alerta, lo que les permite salir a la superficie a respirar. ¿Por qué
con la evolución no se ha extendido ese mecanismo, que hace posible
vigilar durante la noche?
Es algo muy interesante, pero
solo puedo especular. Posiblemente hay algo necesario en la organización
cerebral que permite llevar a cabo ese mecanismo. Y quizás, si
esperamos unos millones de años, lo encontraremos en más animales…
[sonríe].
Dormir es necesario, ¿pero qué hay de los sueños? ¿Es necesario soñar?
En
los últimos años han cambiado bastantes cosas sobre lo que sabemos.
Antes se pensaba que los sueños ocurrían únicamente en la fase REM [en
la que se producen los típicos movimientos rápidos de los ojos]. Ahora
hemos visto que también se pueden producir algunos sueños vívidos en
otras fases. Pero también sabemos que antidepresivos como el Prozac
reducen en un 90% el sueño REM, y no parece que haya consecuencias
dramáticas, así que algunos piensan que no es tan crucial como se
pensaba. No se observan grandes cambios en el cerebro. Ahora los
estudios se han redirigido hacia la fase profunda, que parece mucho más
importante.
¿Podrían entonces considerarse los sueños como un mero ruido cerebral?
Podría
ser. Es como cuando nos preguntamos para qué sirve la consciencia. ¿Hay
alguna ventaja en tener una experiencia sobre lo que se vive? No creo
que nadie tenga respuesta para eso aún. Es una pregunta muy complicada.
Entonces, ¿cree que podrían tener algún significado o interpretación?
Déjame
decirlo así: creo que el contenido de nuestros sueños no es
completamente aleatorio. Son posibles por cómo somos, por cómo son
nuestra memoria y nuestras asociaciones. Creo que si miramos
cuidadosamente en los sueños podemos descubrir cosas interesantes sobre
quiénes somos. Por ejemplo: si estando despierto te pido que escribas
una historia, esa historia me dice algo sobre ti, sobre tus recuerdos.
Con el sueño ocurre algo parecido, en mi opinión. Pero no estoy diciendo
que Freud tuviera razón. Yo soy un experimentalista, me centro en
aquellas cosas que podemos estudiar y comprobar. Creo que es un campo
muy profundo e interesante, pero no veo cómo podemos hacer un test
experimental.
El investigador durante su conferencia en Berlín. / Falling Walls |
[Varios de sus trabajos más reconocidos se basan en hacer de la
necesidad una oportunidad. A algunos pacientes epilépticos que no
responden a los tratamientos convencionales se les implantan electrodos
en el cerebro para tratar de controlar las convulsiones. El grupo de Nir
aprovechó esos electrodos para estudiar su actividad cerebral durante
el sueño. Con ello han visto que no hay tanta sincronía entre las regiones cerebrales
como se pensaba, sino que algunas zonas se activan en tiempos
diferentes a otras. Lo que parecía un coro perfectamente conjuntado se
parece en determinados momentos a un concierto de contrapunto].
¿En qué consiste esta tecnología y por qué es mejor que los típicos electroencefalogramas?
Un
electroencefalograma es algo así como poner un micrófono a las afueras
de un estadio de fútbol. Te permite captar el ruido ambiente, saber si
algún equipo marca un gol, pero no podrás oír las conversaciones del
público. Con estos electrodos podemos poner entre 50 y 100 micrófonos
dentro del estadio, por lo que podemos escuchar algunos diálogos. Si lo
comparas con los miles de millones de neuronas que tenemos, puede
parecer una gota en el océano, pero si los datos son consistentes y si
luego podemos reproducirlos en animales de laboratorio, entonces
aprenderemos muchísimas cosas.
Con esta misma tecnología acaban de observar lo que han llamado “islas de sueño” en el cerebro de gente despierta. Como si el sueño invadiera zonas cerebrales cuando crece el cansancio.
Sí.
Significa que, cuando estamos cansados, y antes de que cerremos los
ojos, nuestro cerebro ya ha empezado a producir ondas típicas del sueño.
Es decir: hay diferentes grados de vigilia. Y no es algo subjetivo.
A
partir de estos datos, podría desarrollarse tecnología que nos avisara
de nuestro cansancio al conducir para evitar accidentes.
Ya
hay algunas aplicaciones que detectan cuándo empezamos a cerrar los
ojos. Sobre si podremos hacerlo previamente, midiendo la actividad
cerebral… sería muy interesante, pero estamos lejos de eso todavía.
También con la información de estos electrodos vieron, hace un par de años, que los movimientos de los ojos durante la fase REM parecían seguir los cambios en las imágenes mentales. ¿Es así?
Sí,
pero es algo complejo. Por ejemplo, alguien que es ciego de nacimiento
también tiene estos movimientos de los ojos, pero nunca tendrá imágenes
en sus sueños. Y también hay sueños sin esos movimientos. Los hombres
durante la fase REM tienen erecciones, pero eso no dice apenas nada
sobre el contenido del sueño. Lo que nosotros vimos es que cuando los
ojos se mueven es como si hubiera cambios en las imágenes mentales, pero
no es algo tan visual como conceptual. Se producen cuando el sueño
avanza hacia un nuevo concepto.
Siguiendo con la fase REM, si la actividad cerebral en ese
momento es tan parecida a la de la vigilia, ¿cuál es la diferencia en el
cerebro entre estar dormido y despierto?
Es muy parecida
en las partes del cerebro que tienen que ver con la memoria y con lo
visual, pero es diferente en otras zonas. Por ejemplo, en el lóbulo
frontal, donde residen aspectos como el autocontrol, la introspección o
la autoconsciencia. Aunque esa parte no la hemos podido analizar en
detalle porque no está alterada en los pacientes epilépticos.
Entonces, ¿estudiar esas diferencias, o las que hay con otras fases del sueño, sería una puerta para descubrir aspectos de la consciencia?
Sí,
y soy optimista respecto a eso. Con los nuevos avances en medicina
habrá más situaciones en las que podremos hacer mediciones desde dentro
del cerebro. Probablemente habrá dispositivos para mejorar la memoria en
el alzhéimer, para aliviar el dolor crónico o para tratar el trastorno
obsesivo-compulsivo. Con ello tendremos mucha más información, mucho más
precisa y excitante.
FUENTE: SINC
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