Investigadores españoles han estudiado el papel predictivo de tres subpoblaciones de monocitos –un tipo de glóbulos blancos– en 400 pacientes con insuficiencia cardíaca. Los resultados, publicados en PLos One, apuntan hacia mejores marcadores pronósticos de la enfermedad.
Investigadores del grupo CIBERCV. / IGTP |
Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades
Cardiovaculares (CIBERCV) han avanzado en el estudio de marcadores
pronóstico de la insuficiencia cardíaca, una enfermedad progresiva y un
problema de salud pública de primer nivel. En concreto, han estudiado el
recuento y distribución de monocitos –un tipo de glóbulos blancos– en
pacientes con insuficiencia cardíaca para mostrar su papel predictivo en
una cohorte de 400 pacientes ambulatorios.
El estudio, realizado
en el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) y liderado
por Antoni Bayés Genís, se ha publicado en la revista PLoS One.
Los
monocitos son una población heterogénea de células efectoras sanguíneas
con funciones clave en procesos de reparación y mantenimiento de la
integridad de nuestros tejidos. Según se ha demostrado existen tres
subconjuntos de monocitos denominados clásicos (CD14++ / CD16-), intermedios (CD14++/CD16+) y no clásicos (CD14+/CD16++).
Algunos trabajos ya habían indicado la existencia de una asociación
entre algunas de estas subpoblaciones de monocitos y eventos
cardiovasculares en distintas patologías.
El propósito fue explorar la distribución de los tres subconjuntos de
monocitos, ver si esta se relaciona con los eventos estudiados y, por
lo tanto, demostrar si alguna de las tres subpoblaciones de monocitos
desempeña un papel predictivo. Para ello se ha estudiado una cohorte de
400 pacientes ambulatorios con diagnóstico de insuficiencia cardíaca.
Como
resultado, se encontró una diferencia significativa en los porcentajes
de subconjuntos de monocitos en relación con estudios previos realizados
en controles sanos. En particular, el subconjunto predominante de
monocitos fue el subconjunto clásico (50.0 ± 17.2%), seguido del
intermedio (42 ± 17.2%); el subconjunto no clásico de monocitos estaba
representado con mucha menos frecuencia (8,1 ± 4,0%).
Estos niveles sugieren un aumento significativo del subconjunto de
monocitos intermedio en los pacientes con insuficiencia cardíaca en
comparación con sujetos sanos. Asimismo, la cuantificación del recuento
absoluto de células de cada uno de los subconjuntos de monocitos (número
de células/μL) mostró un valor pronóstico superior para la cohorte de
pacientes estudiados, en comparación con el análisis de los subconjuntos
de monocitos mediante porcentajes.
En conclusión, argumenta
Antoni Bayés Genís, “se necesitan más estudios para confirmar nuestros
hallazgos e interpretar mejor su valor clínico, aunque creemos que
estamos más cerca de nuevos y mejores marcadores pronóstico de la
enfermedad”.
Finalmente, cabe destacar que el análisis
multivariante mostró que el subconjunto de monocitos intermedios se
asocia de forma independiente con el evento principal de muerte por
cualquier causa y el combinado de muerte por cualquier causa y
hospitalización por insuficiencia cardíaca.
Santiago Roura,
coautor del estudio, apunta que “la persistencia de este tipo de
monocitos proinflamatorios, más allá de las fases iniciales de
reparación, podría extender los efectos adversos relacionados con la
inflamación a largo plazo hacia zonas remotas sanas del corazón de estos
pacientes. Esta podría ser una posible explicación del peor pronóstico
que supone tener niveles superiores de monocitos intermedios”.
Primera causa de hospitalización en mayores de 70 años
La
insuficiencia cardíaca es una enfermedad progresiva y un problema de
salud pública de primer nivel que impone importantes cargas sanitarias,
sociales y económicas. En los países desarrollados, afecta al 1-2% de la
población adulta, aumentando en los mayores de 70 hasta un 8-10%. De
hecho, en esta franja de edad supone la primera causa de
hospitalización.
Se piensa que una mejor estratificación de riesgo
mediante una mayor comprensión de los mecanismos patogénicos
subyacentes de esta patología, y nuevos marcadores pronóstico podrían
ser claves para determinar qué pacientes se beneficiarían de un
seguimiento más estricto o de un tratamiento más agresivo.
Referencia bibliográfica:
Elchinova E,
Teubel I, Roura S, Fernández MA, Lupón J, Gálvez-Montón C, de Antonio M,
Moliner P, Domingo M, Zamora E, Núñez J, Cediel G, Bayés-Genís
A. Circulating monocyte subsets and heart failure prognosis. PLoS One. 2018 Sep 21;13(9):e0204074. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0204074
Fuente: CIBER
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