Cáscaras de la fruta de la granada, caparrosa, agua y goma arábiga. Estos son algunos de los ingredientes que componían las tintas usadas en el Medievo, según un estudio de químicos e historiadores de las universidades de Córdoba y Lisboa. El objetivo del trabajo es mejorar la conservación del patrimonio escrito.
Pluma antigua y tintero. / Pixabay |
El hecho de que archivos históricos, bibliotecas, museos, talleres de
escritura y monasterios conserven hoy en día manuscritos medievales no
es cuestión de que haya habido personas que se preocuparan de
guardarlos, pasando de generación en generación, o de ocultarlos para
evitar su destrucción.El material usado para escribir y dibujar sobre
papel fue fundamental para que se puedan leer, traducir e interpretar
las escrituras que han llegado hasta hoy.
Llegar a conocer
la reacción química de los componentes que hicieron posible poder
escribir sobre papel y que esta escritura perdurara cientos de años ha
sido el objetivo que durante meses ha centrado el trabajo del grupo de
investigación de Historia Medieval ‘Meridies’ de la Universidad de
Córdoba, en colaboración con químicos de la Universidad Nova de Lisboa.
Este equipo, liderado por el catedrático de Historia Medieval de la
UCO, Ricardo Córdoba, ha llevado a cabo la reproducción de cinco tintas
medievales utilizando para su elaboración todos y cada uno de los
ingredientes y métodos empleados en los siglos XV y XVI.
¿Cómo lo
han logrado? Analizando recetas manuscritas sobre producción de tintas
tras un arduo trabajo de búsqueda por diferentes puntos del mundo como
la Cancillería episcopal de Braga en Portugal, donde se custodia una
receta de 1464, la Biblioteca de la Facultad de Medicina de Montpellier,
con otra fechada entre 1469 y 1480, o el Archivo Histórico Provincial
de Córdoba, datada en 1474. Cinco documentos inéditos que han permitido
la reproducción de cinco tintas.
Métodos exactos
Cáscaras
de la fruta de la granada, agallas con la que los vegetales se
defienden de los parásitos que los invaden, caparrosa, agua, goma
arábiga fabricada con recetas de piel de animales, son algunos de los
ingredientes que componían estas tintas y que los investigadores han
mezclado en cantidades, proporciones, temperaturas y métodos exactos a
los indicados en las recetas medievales, y con los que ha sido posible
reproducir tintas exactas a las usadas hace seis siglos.
Los resultados de esta colaboración entre historiadores y químicos, publicada recientemente en la revista Heritage Science,
ha sido una traducción de los textos y procedimientos expresados en las
recetas medievales, una fabricación manual siguiendo paso a paso las
indicaciones en ellas contenidas, y el análisis de la reacción química
de estas combinaciones de materiales, con el objetivo puesto en
encontrar las claves para la conservación del patrimonio escrito.
Mediante
la reproducción exacta y el análisis de tintas usadas en la Edad Media,
los investigadores pueden determinar cuáles son los mejores
tratamientos a los que deben someterse los documentos históricos para
recuperar y mejorar su estado actual y, sobre todo, lograr su
perduración en el tiempo.
Referencia bibliográfica:
Hidalgo, RJD; Cordoba, R; Nabais, P; Silva, V; Melo, MJ; Pina, F; Teixeira, N; Freitas, "V New insights into iron-gall inks through the use of historically accurate reconstructions". Heritage Science (2018)
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