La misión Kepler de la NASA ha detectado 2.740 planetas que orbitan alrededor de otras estrellas, fuera de nuestro Sistema Solar. Son una buena cantidad de mundos a explorar, pero, ¿habrá alguno que no solo se parezca a la Tierra sino que además pueda albergar una civilización inteligente? Los científicos de la Universidad de California, Berkeley, han intentado responder a esta pregunta utilizando el Telescopio de Green Bank en West Virginia en busca de señales de radio inteligentes de los planetas alrededor de 86 de esas estrellas. No detectaron ningún «hola» cósmico, pero calcularon que cerca de una entre un millón de estrellas en nuestra galaxia, la Vía Láctea, puede tener un planeta habitado por una civilización lo suficientemente avanzada como para transmitir señales que pudiéramos detectar. La investigación aparecerá publicada en The Astrophysical Journal.
«No hemos encontrado a ET, pero hemos sido capaces de utilizar esta muestra estadística para, por primera vez, poner límites bastante explícitos sobre la presencia de civilizaciones inteligentes que transmitan en la banda de radio donde realizamos la búsqueda», afirma Andrew Siemion, astrónomo de Berkeley. Menos de una entre un millón parece algo muy pobre, pero no lo es. Incluso con tales probabilidades, podría haber millones de civilizaciones avanzadas en la galaxia.
Contactar con ellos
«La misión Kepler nos ha enseñado que hay un trillón de planetas en nuestra galaxia, más planetas que estrellas», afirma el físico Dan Werthimer, quien dirige el proyecto SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) más largo del mundo en el telescopio de Arecibo en Puerto Rico. «Algún día, los terrícolas podríamos contactar con civilizaciones miles de millones de años por delante de nosotros», sugiere.
Las 86 estrellas fueron elegidas el año pasado sobre la base de una lista de 1.235 candidatos a planetas conocidos en ese momento. Los científicos eligieron estrellas con cinco o seis candidatos a planetas en órbita y las que acogían planetas que se cree pueden tener condiciones similares a la Tierra, incluidas las temperaturas que permiten que el agua permanezca en estado líquido.
Entre el móvil y la televisión
El telescopio pasó doce horas recogiendo cinco minutos de las emisiones de radio de cada estrella en un rango de frecuencias (1,1 a 1,9 GHz) que en la Tierra se sitúa entre el teléfono móvil y las bandas de TV. A continuación, escrutó los datos en busca de señales de alta intensidad con un ancho de banda estrecho (5 Hz) que solamente se producen de forma artificial, presumiblemente por vida inteligente.
La mayoría de las estrellas se encontraban a más de 1.000 años luz de distancia, por lo que solo las señales intencionalmente dirigidas hacia nosotros habrían sido detectadas. Los científicos dicen que en el futuro, los radiotelescopios más sensibles, como el Square Kilometre Array, deberían ser capaces de detectar una radiación mucho más débil, tal vez incluso fugas de radiación no intencionales de civilizaciones como la nuestra.
El equipo planea más observaciones para responder a la pregunta de si estamos solos o no en el Universo, centrándose en los sistemas multiplaneta.
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