Durante una semana expertos de varias nacionalidades realizarán la Primera Escuela Hispano Chilena de Astroquímica abierta a estudiantes de postgrado de astronomía y carreras afines.
Para potenciar el estudio de la química del cosmos, la Universidad de Chile en conjunto con la Universidad Autónoma de Chile y el Grupo de Astrofísica Molecular del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM) montarán la Primera Escuela Hispano Chilena de Astroquímica.
Esta disciplina permite que diversas áreas científicas puedan interactuar y profundizar en los procesos fundamentales que controlan la química de los objetos que se observan desde la capital mundial de la astronomía. La actividad contará con conferencias en las que se tratarán temas relacionados con la instrumentación astronómica, técnicas observacionales que se utilizan actualmente, los métodos para derivar las condiciones físicas y químicas de los entornos estudiados, así como el análisis de algunos casos astrofísicos de especial interés.
También se ofrecerán talleres sobre espectroscopía molecular, cálculo teórico de constantes rotacionales y modelado químico. "Astrofísicos experimentalistas de laboratorio, físicos y químicos cuánticos trabajan en un alto nivel de sinergia para comprender los procesos físico-químicos que controlan la evolución química del Universo", dice el experto español José Cernicharo y jefe del Grupo de Astrofísica Molecular.
Agrega que el conocimiento de la evolución química del Universo es uno de los mayores desafíos de la astronomía moderna, respecto de "conocer las condiciones físicas y químicas de las nebulosas protoplanetarias donde se están formando nuevas estrellas y su cortejo de planetas es sin ninguna duda uno de los desafíos más importantes de la astrofísica actual".
Las primeras moléculas complejas fueron detectadas en los años 70 del siglo pasado y a la fecha se han detectado cerca de 190 especies moleculares en el espacio. "Poseer información detallada de su estructura y de sus niveles de energía, de sus reacciones en fase gaseosa y en la superficie de los granos de polvo del medio interestelar, es un paso absolutamente necesario para poder interpretar las observaciones que instrumentos como ALMA están realizando", afirma.
Fuente: La Nación
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