Desayunar poco o nada duplica el riesgo de aterosclerosis,
independientemente de otros factores de riesgo cardiovascular, según un
estudio realizado por investigadores españoles. Saltarse esta comida
podría servir como indicador de un estilo de vida poco saludable.
Imagen de un desayuno energético: una taza de café, leche o yogur, fruta y pan integral con tomate y aceite de oliva. / CNIC |
Un desayuno escaso, que contenga menos del 5% de las calorías diarias
recomendadas –100 calorías para una dieta de 2.000–, duplica el riesgo
de lesiones ateroscleróticas independientemente de los factores de
riesgo típicos, como el tabaco, el colesterol elevado y el sedentarismo.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio Progression and Early Detection of Atherosclerosis (PESA), del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), liderado por su director, Valentín Fuster.
Los resultados, publicados en The Journal of American College of Cardiology (JACC)
indican que saltarse esta comida podría servir como marcador de unos
hábitos alimenticios y de un estilo de vida poco saludables.
En el
estudio PESA, más de 4.000 individuos de edad intermedia son
controlados a largo plazo mediante técnicas de imagen. A edades
tempranas, las placas ateroscleróticas –acumulación de grasas en las
paredes de las arterias– ya empiezan a desarrollarse, aunque no haya
síntomas. El objetivo de PESA es caracterizar la prevalencia y la tasa
de progresión de las lesiones ateroscleróticas latentes –que no han dado
ningún síntoma– y estudiar su asociación con factores moleculares y
ambientales, incluyendo los hábitos alimentarios, la actividad física,
los biorritmos, las características psicosociales y la exposición a
contaminantes ambientales.
Riesgos cardiovasculares
Los
investigadores han analizado la relación entre tres patrones de
desayuno y los factores de riesgo cardiovasculares para averiguar si
saltarse el desayuno normal se asocia con aterosclerosis subclínica (que
no ha dado ningún síntoma). Para ello se analizó la presencia de placas
ateroscleróticas en diferentes regiones: arterias carótidas y
femorales, aorta y coronarias, en una población sin antecedentes de
enfermedad cardiovascular.
En este trabajo, el 20% de los participantes tomaba un desayuno con
alto valor energético (20% de las calorías diarias), el 70% un desayuno
de bajo valor energético (entre 5% y 20% de las calorías diarias), y un
3% desayunaba muy poco o nada (5% de las calorías diarias).
Estos
últimos apenas invertían cinco minutos en desayunar un café o un zumo de
naranja, o incluso omitían esta comida. Su dieta era menos saludable y
tenían mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular. José
María Ordovás, coautor del trabajo, agrega que "no desayunar podría ser
un verdadero marcador o incluso un factor de riesgo para estas fases
iniciales de la enfermedad aterosclerótica".
Gracias a los
estudios con ecografía vascular, los investigadores observaron una
presencia hasta 1,5 veces mayor en el número de placas ateroscleróticas y
una afectación de hasta 2,5 veces más en el grupo que se saltaba el
desayuno respecto al que tomaba un desayuno más potente, explica lIrina
Uzhova, investigadora del CNIC y primera autora del trabajo.
Estudios
poblacionales anteriores han demostrado que desayunar bien está
relacionado con menor peso, una dieta más saludable y un menor riesgo de
desarrollar factores de riesgo cardiovascular, como colesterol elevado,
hipertensión o diabetes.
Además, se sabe que ciertos factores
asociados con el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares son
modificables mediante cambios en el estilo de vida. Por ello, la dieta
es un objetivo principal de las estrategias de prevención.
El
coordinador científico del estudio PESA, Antonio Fernández-Ortiz, señala
que "necesitamos marcadores de riesgo más precoces y precisos en las
fases iniciales de la enfermedad aterosclerótica que nos permitan
mejorar la prevención en el riesgo de sufrir un infarto, un ictus o
muerte súbita. Y los resultados de este trabajo contribuyen
definitivamente a ello”.
Referencia bibliográfica:
Irina Uzhova,
Valentín Fuster, Antonio Fernández-Ortiz, José M. Ordovás, Javier Sanz,
Leticia Fernández, Beatriz López-Melgar, José M. Mendiguren, Borja
Ibáñez, Héctor Bueno, José L. Peñalvo. "The Importance Of Breakfast in
Atherosclerosis Disease: Insights From The PESA Study". The Journal of American College of Cardiology (JACC) (2 de octubre, 2017)
Fuente: CNIC
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