Robots con sofisticados "chips" a modo de cerebro para hacerles conscientes de sus sensaciones y su entorno, como entre los humanos, es uno de los retos de un macroproyecto científico en el que participa España, y que además creará un sofisticado superordenador para simular enfermedades neuronales.
Muchos de los secretos que persisten en el conocimiento del cerebro humano, un órgano en el que se investiga desde hace ya unos 200 años, con la obtención de muchos datos, pero muy dispersos, podrían salir a la luz gracias a la puesta en marcha de este macroproyecto de dimensiones mundiales, han afirmado hoy los responsables del mismo, durante su presentación en España, en la sede del rectorado de la Universidad Politécnica de Madrid.
Este ambicioso proyecto ha sido bautizado como "Human Brain Project (HBP-PS)", y su dirección corre a cargo de instituciones científicas de los siguientes países: España, Suiza, Alemania, Suecia, Reino Unido, Bélgica, Israel, Francia y Austria.
"Es el momento de integrar, gracias a este proyecto, toda la información sobre el cerebro que existe en el mundo, que es mucha y muy detallada, pero excesivamente dispersa", ha afirmado hoy el coordinador de la iniciativa, el investigador Henry Markram, de l'École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL), en Suiza, durante la presentación del proyecto, en Madrid.
Se trata de una iniciativa muy novedosa, en la que están involucradas directamente ocho instalaciones científicas, aparte de otras muchas indirectamente, ha añadido Markram.
Markram es además es responsable del proyecto Blue Brain, en el que España participa, a través de la Universidad Politécnica de Madrid y el CSIC, mediante un acuerdo con el Ministerio de Ciencia e Innovación, denominado Proyecto Cajal Blue Brain.
Respecto a las trascendentales consecuencias de este proyecto desde el punto de vista médico, al favorecer la curación de enfermedades neuronales sin tener que esperar años y años para probar la eficacia de un medicamento, también han coincidido otras personalidades presentes en el acto.
Por ejemplo, Gonzalo León, vicerrector de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid, o Juan José Damborenea, vicepresidente adjunto de Áreas Científico Técnicas del CSIC.
La iniciativa es una de las seis propuestas seleccionadas por la Comisión Europea para participar en "FET Future and Emerging Technologies-Flagships", con el objetivo de promocionar objetivos científicos y tecnológicos muy ambiciosos.
El proyecto incluye desde la recogida de todos los datos sobre el cerebro existentes en el mundo a lo largo del tiempo, en los distintos ámbitos de la ciencia, hasta su análisis, investigación, e intercambio con otros expertos.
Asimismo, incluye la creación de un superordenador que realizará cientos de miles de simulaciones de problemas cerebrales en tiempo récord, que podría estar operativo en 2018, según los fabricantes, y que generará multitud de prototipos virtuales de distintos tipos de cerebros con distintas enfermedades.
La infinidad de simulaciones que permitirá este superordenador podrá predecir la eficacia de miles de fármacos en muy poco tiempo sin tener que dar palos de ciego respecto a su eficacia ni probarlos con anterioridad en multitud de seres vivos.
Actualmente, según los datos, la incorporación al mercado de un nuevo medicamento frente a enfermedades cerebrales implica un desarrollo de unos 15 años, y un coste económico aproximado de mil millones de euros.
Gracias a la simbiosis de este proyecto del mundo informático y el resto de académicos (médicos, biólogos, psicólogos, etc) se desarrollarán nuevos circuitos y tecnologías inspiradas en el funcionamiento del cerebro humano aplicables a robots.
Hasta ahora, ninguna tecnología ha sido capaz de simular el complejo cerebro humano, dotado de millones de fibras y neuronas, aunque con un consumo energético ridículo, de tan solo unos veinte vatios, como una simple bombilla.
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