Hasta en las perspectivas más optimistas de una eventual vacuna contra el VIH, los científicos teorizaban con la aplicación de una o más dosis de recuerdo de la inmunización que ayudara a mantener a raya el virus del sida.
Una candidata a vacuna en simios, cuyos resultados recoge hoy la revista Nature, podría, sin embargo, dar la vuelta a ese concepto por primera vez. Se trata de un trabajo de investigadores de la Universidad de Oregón (EEUU), que han probado en monos una inmunización que utiliza por primera vez como factor el citomegalovirus (CMV). La peculiaridad del CMV, que se usa para introducir en el organismo de los animales la versión atenuada del Virus de Inmunodeficiencia Simio (VIS, el equivalente del VIH en monos), es que se trata de un patógeno muy común en los seres humanos, hasta el punto de que se cree que la mayoría está infectada por el mismo.
La buena noticia es que, en la mayor parte de los individuos, el CMV no causa patología ni síntomas. De hecho, se considera un peligro para las personas con las defensas bajas, entre las que se encuentran precisamente los enfermos de sida y, entre otros, los receptores de un órganotrasplantado.
Pero el CMV tiene otra característica que le hace especialmente atractivo y es que, una vez que alguien se infecta, el virus permanece en el organismo, aunque inactivo. Partiendo de esta premisa, los investigadores especularon con la idea de que, si se usara como vector, podría crear y mantener la resistencia contra el VIH provocando que reaccionaran las células T (las primeras de las defensas con las que contacta el VIH) en el mismo momento en que el virus intentara atacar.
Para probar su idea, los investigadores estudiaron la candidata a vacuna en 24 macacos rhesus, de los que 13 se beneficiaron de una protección frente a una subsecuente infección por el VIS. De estos, 12 mantuvieron la protección por lo menos un año. Los simios del grupo de control, por el contrario, desarrollaron la versión del sida propia de estos animales.
Además, los investigadores consideran que el efecto ha sido progresivo. Es decir, que los monos beneficiados por la protección de la vacuna han ido perdiendo signos de haber estado infectados por el VIS.
El investigador principal del estudio, Louis Picker, explica en un correo electrónico que su trabajo ya ha recibido "una buena acogida" por parte de la comunidad científica "y también de los que financian este tipo de investigación". Picker señala que han contactado con la Iniciativa Internacional de la Vacuna contra el sida para trabajar en el desarrollo clínico de la vacuna, que cree se demorará al menos tres años.
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