Los cráteres provocados por impactos de asteroides son uno de los lugares elegidos por los astrobiólogos para encontrar rastros de vida primitiva que también podrían existir en otros paletas, como el vecino Marte.
Ahora, un equipo de investigadores escoceses, dirigidos por Charles
Cockell, de la Universidad de Edimburgo, acaban de descubrir, en uno de
estos inhóspitos entornos, colonias de microbios. Se
trata del impresionante agujero dejado por un impacto ocurrido hace 35
millones de años, que tiene 85 kilómetros de diámetro y 1,5 de
profundidad.
Para los astrobiólogos, estos resultados son una prueba más de que estos cráteres son un importante refugio profundo para microorganismos que buscan protegerse
de los avatares que hay en la superficie, más afectada por el cambio
estacional, desde grandes calentamientos globales a edades deehielo.
Pero no sólo en la Tierra tienen esta función, sino que, como
publican en la revista 'Astrobiology' esta semana, estos cráteres
también pueden ocultar vida en Marte, por lo que creen que habría que perforar en la superficie de este planeta para comprobar si existe o no.
Los investigadores de la universidad de Edimburgo perforaron casi dos kilómetros bajo el cráter de Chesapeake.
Encontraron que los microbios estaban distribuidos de forma irregular
por las rocas,lo que sugiere que el medio ambiente continúa cambiando 35
millones de años depués del impacto.
Fracturas profundas
Aunque el calor generado por la colisión habría matado toda la vida
de la superficie, entre las grietas de las rocas más profundas habría
agua y suficiente alimento para que la vida pudiera salir adelante. De
hecho, son microbios que se alimentan de elementos como el hierro, que está en las propias rocas.
"Las zonas con fracturas más profundas de estos cráteres son un
refugio seguro en el que los microbios puedan prosperar mucho tiempo.
Son unos resultados que sugieren que bajo los múltiples cráteres
marcianos existen lugares prometedores para buscar vida", dice Cockell
en un comunicado.
Jesús Martínez-Frías, del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC),
y que ha colaborado con Cockell en trabajos anteriores, recuerda que
los impactos de asteroides son "lugares privilegiados" para buscar vida
extraterrestre. "Por ello todas las misiones a Marte se dirigen a los cráteres, donde puede haber una biosfera profunda de microorganismos quimiosintéticos".
El invetigador del CAB cree que esta biosfera profunda, a varios
kilómetros de profundidad, también hay que buscarla en la Tierra. "Los
impactos destruyen pero, al mismo tiempo, obligan a la vida a buscar
refugios y es ahí donde debemos buscarla", concluye.
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