Dos científicos de la Universidad de Nueva York desarrollaron una técnica para construir un ‘rayo tractor’, el que fue capaz de atraer esferas de silicio de 30 micrómetros de diámetro que flotaban en el agua por medio de su haz de luz.
La técnica utiliza rayos Bessel, un tipo de láser cuyo haz de luz tiene una amplitud que traza una función de Bessel de primera especie, y que emite sus ‘rayos’ en forma de anillos concéntricos (en vez de seguir el trayecto de una línea) con la propiedad de que su luz no se difracta cuando su trayectoria es bloqueada por un objeto, lo que termina generando un campo electromagnético capaz de atraer a una partícula.
El año pasado, un equipo de científicos chinos calculó que era posible apuntar con un rayo Bessel a una partícula y calibrarlo de una forma específica para que cada onda, en la forma de un anillo, ‘empuje’ la partícula en dirección a la fuente, lo que daría como resultado un ‘rayo tractor’.
Cuando el equipo de la Universidad de Nueva York no logró ajustar de forma precisa un rayo Bessel a la calculada por los científicos chinos, encontraron que usando dos fuentes –con un lente que los hace rebotar y sobreponerse– se logra un efecto estroboscópico que es capaz de tener la suficiente energía para empujar a una partícula en dirección a la fuente de luz original.
Para el ojo humano, este sería un ‘rayo tractor’ similar a los usados en las naves espaciales de la ciencia ficción. Lamentablemente, como casi todos los descubrimientos increíbles a escala microscópica, sus resultados son prácticamente irreproducibles a nuestra escala ya que requeriría demasiada energía. Pero bueno, al menos ya sabemos que es posible.
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