Comer no es sólo una actividad necesaria para la supervivencia del ser humano. Implica una gran cantidad de procesos relacionados con cuestiones como por qué siempre tenemos hueco para el postre, qué hace que nos sintamos saciados solo con oler una comida, o por qué hay personas que no soportan los sabores amargos.
Con amenas anécdotas y curiosas referencias culturales que van desde Cervantes a los Monthy Pyton, Francisco Javier Cudeiro Mazaira, catedrático de Fisiología Humana en la Universidad de A Coruña, explica en el último número de la colección de divulgación científica ‘¿Qué sabemos de?’, coeditada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Catarata, los procesos cerebrales que se activan cuando una persona tiene una experiencia gastronómica y da respuesta a otras cuestiones relacionadas con la comida.
Según el autor, "la evolución que ha experimentado nuestra relación con los alimentos, su preparación y el disfrute asociado a su consumo, transciende lo puramente alimenticio para transformarse en un fenómeno intelectual". Cudeiro mezcla en este libro conocimiento científico en el ámbito de las neurociencias con la investigación culinaria, e incluso propone una nueva disciplina, la “neurogastronomía”.
Paladear con el cerebro se puede adquirir en Editorial CSIC o en Los libros de la catarata.
Fuente:
http://www.csic.es
Según el autor, "la evolución que ha experimentado nuestra relación con los alimentos, su preparación y el disfrute asociado a su consumo, transciende lo puramente alimenticio para transformarse en un fenómeno intelectual". Cudeiro mezcla en este libro conocimiento científico en el ámbito de las neurociencias con la investigación culinaria, e incluso propone una nueva disciplina, la “neurogastronomía”.
Paladear con el cerebro se puede adquirir en Editorial CSIC o en Los libros de la catarata.
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