Los yacimientos paleontológicos de la Isla de Marambio, en la Antártida, ya cuentan con un mapa geológico y geomorfológico de gran detalle del que podrán derivarse dataciones muy precisas de los numerosos fósiles que se acumulan en su territorio. Esta cartografía ha sido realizada por un equipo de investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que recientemente al vuelto del continente blanco.
El equipo científico se ha centrado en el análisis de los estratos correspondientes al Cenozoico, hace entre 60 millones y 33 millones de años, que es el momento en el que un meteorito chocó contra la Tierra y provocó la desaparición de miles de especies, entre ellas los dinosaurios, y la expansión de los mamíferos, muy escasos hasta entonces.
Su trabajo ha consistido en definir nuevas unidades estratigráficas con la ubicación exacta de los yacimientos, los más ricos de todo el continente blanco. En Marambio fue localizado el primer registro fósil de pingüinos prehistóricos, de hace 55 millones de años, así como varias especies nuevas de plesiosaurios, el primer marsupial, el primer ungulado y la primera flor fosilizada de la Antártida.
En esta campaña, la sexta que realizan en colaboración con el Instituto Antártico Argentino, los investigadores del IGME, además de terminar el mapa, han recogido 280 muestras de una serie de estratos de 800 metros, casi una muestra cada tres metros. Su objetivo es realizar análisis magnetoestratigráficos, un método de datación de fósiles muy novedoso.
"Se trata de recoger muestras de minerales, casi todas arcillas, que funcionan como pequeños imanes que se modificaron en función de la polaridad de la Tierra, donde el polo norte y el polo sur magnéticos han cambiado de sitio a lo largo de la historia. Al comparar la polaridad de esas muestras con el patrón mundial ya conocemos, podemos saber de qué época se trata", explica Manuel Montes, uno de los cartógrafos de este trabajo.
Novedad en la Antártida
Montes explica que es la primera vez que se utiliza esta técnica en la Antártida: "Es un continente que se empezó a enfriar hace unos 40 millones de años. En los yacimientos se han encontrado conchas o caracoles que cambian de tamaño según el clima del momento. Son más grandes en las épocas más antiguas, más cálidas, y más pequeñas al enfriarse las temperaturas. Los fósiles se han datado con métodos isotópicos, pero esta técnica nos permite datar rocas con una precisión de 100.00 años, ", asegura.
La tarea no ha sido fácil. Aunque la campaña de trabajo fue en el verano antártico, la recogida de muestras que son muy endebles fue muy complicada porque no se libraron de las nevadas. Tuvieron que utilizar un 'sacamuestras' manual muy novedoso. Ahora, una vez en España, están pendientes de las dataciones magnetoestratigráficas que realizará un laboratorio catalán.
"Si las muestras son positivas [es decir, que indican dataciones por su polaridad] la idea es volver a Marambio el próximo año para conseguir una mayor definición", aventura Montes.
Este proyecto, fruto del convenio con el Instituto Antártico Argentino, está financiado con la ayuda del Ministerio de Ciencia e Innovación.
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