Ya habíamos visto algún intento de creación de exoesqueletos con fines militares, pero desde tierras lejanas como Nueva Zelanda nos llega esta innovación que pretende hacer la vida de las personas con dicapacidad física más fácil.
Como veis en la imagen, se trata de un dispositivo para las piernas que es capaz de soportar el peso de un ser humano y que se maneja de una forma muy sencilla mediante un joystick. El proyecto lleva desarrollándose siete años y por fín parece que se va a poner a la venta este mismo año en Nueva Zelanda.
El resto del mundo tendremos que esperar hasta el año que viene para que la venta se haga de forma internacional. Todo parece realmente idílico, sino fuese porque costará unos 15.000 dólares, una cantidad muy elevada que difícilmente se puede permitir cualquier persona.
Sin embargo, podemos verlo con una perspectiva más amplia y centrarnos en la magnitud del proyecto y las puertas que abre de cara al futuro. Es una cantidad muy elevada, pero también son muy costosas las adaptaciones que hay que hacer en el hogar, vehículo, etc. para adaptarlos a las sillas de ruedas. No sé con exactitud el gasto que suponen esas adaptaciones, pero si Rex o sus futuras actualizaciones facilita a las personas su día a día dándoles nada menos que la oportunidad de volver a caminar, bien vale su precio.
De todas formas, esto es solo el comienzo. Estoy seguro de que en dos o tres años conseguirán mejorarlo y reducir el coste de producción y, por qué no, podría llegar financiado para que cualquier persona discapacitada que quiera pueda tener acceso a ello.
Como veis en la imagen, se trata de un dispositivo para las piernas que es capaz de soportar el peso de un ser humano y que se maneja de una forma muy sencilla mediante un joystick. El proyecto lleva desarrollándose siete años y por fín parece que se va a poner a la venta este mismo año en Nueva Zelanda.
El resto del mundo tendremos que esperar hasta el año que viene para que la venta se haga de forma internacional. Todo parece realmente idílico, sino fuese porque costará unos 15.000 dólares, una cantidad muy elevada que difícilmente se puede permitir cualquier persona.
Sin embargo, podemos verlo con una perspectiva más amplia y centrarnos en la magnitud del proyecto y las puertas que abre de cara al futuro. Es una cantidad muy elevada, pero también son muy costosas las adaptaciones que hay que hacer en el hogar, vehículo, etc. para adaptarlos a las sillas de ruedas. No sé con exactitud el gasto que suponen esas adaptaciones, pero si Rex o sus futuras actualizaciones facilita a las personas su día a día dándoles nada menos que la oportunidad de volver a caminar, bien vale su precio.
De todas formas, esto es solo el comienzo. Estoy seguro de que en dos o tres años conseguirán mejorarlo y reducir el coste de producción y, por qué no, podría llegar financiado para que cualquier persona discapacitada que quiera pueda tener acceso a ello.
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