Un grupo de investigadores italianos han creado una red de robots autónomos y cooperantes, integrados en una infraestructura de inteligencia ambiental, para mejorar la gestión de la higiene urbana, especialmente en lugares estrechos, como los cascos históricos de las ciudades. El robot acude al lugar indicado sólo a través de una llamada de teléfono. El sistema está siendo evaluado en diferentes ciudades y antes de que termine el año se iniciarán sus gestiones comerciales. Por Gloria Navas.
¿Se imagina que en el sitio donde vive en lugar de acudir el camión de la basura lo hace un robot que recoge los desperdicios por ser una zona de difícil acceso? Aunque en un primer momento la idea pueda resultar sorprendente, un grupo de investigadores italianos han desarrollando este proyecto, denominado DustBot, financiado por la Unión Europea. Así se pone de manifiesto en el servicio editorial ICT Results creado para presentar de proyectos de la Comisión Europea.
El robot acudiría en poco tiempo al sitio indicado a través de una llamada de teléfono, por lo que el servicio funciona según las necesidades de los usuarios. El protagonista tiene una estatura de un metro y medio, pesa 70 kilos, y puede transportar hasta 40 kilos. Además, su batería le da una autonomía de 16 kilómetros.
El robot funciona con una combinación de un sistema de navegación GPS y un giroscopio ( dispositivo que permite cambios de dirección en base a una rotación). El profesor Paolo Darío, el coordinador de DustBot, explica que el robot es esencialmente una caja móvil, que funciona a través de tecnologías de última generación. “Hemos tomado los componentes más avanzados de robótica para construir este aparato que soluciona un problema real para las autoridades de residuos en toda Europa", explica Darío. Para entenderlo en pocas palabras, es un robot que funciona con una combinación de un sistema de navegación GPS y un giroscopio ( dispositivo que permite cambios de dirección en base a una rotación).
De esta forma, el robot puede funcionar por su cuenta por la calle, ya que está hecho con cámaras y otros sensores a través de los que puede ‘ver’ hacia dónde se dirige. Asimismo, analiza la trayectoria a seguir y procesa la información para evitar los obstáculos del camino. De hecho, selecciona objetos en movimiento como peatones, bicicletas o perros, calcula rápidamente su trayectoria y altera su rumbo para evitar una colisión. Mientras está en marcha el robot, las imágenes visuales son transmitidas a un centro de control donde operadores (esta vez humanos) comprueban que todo está bien e intervenir en caso de que sea necesario.
Para llegar correctamente a su destino DustBot utiliza un sistema de triangulación inteligente, interactuando con una red inalámbrica creada en toda la zona de la operación del robot. La red lo identifica, calcula la mejor ruta entre los ‘pick-ups’, y traslada esta información al robot. El robot se controlan a través de circuito cerrado de televisión.
Para Paolo Darío “el sueño de cualquier investigación en robótica es desarrollar un sistema totalmente automatizado e inteligente como éste”. No obstante, según explica, “nosotros hemos optado por un enfoque diferente. Aquí tenemos un robot inteligente en un entorno inteligente, lo significa que tiene acceso a mucha más información y por tanto, más poder de cómputo”.
Pero esta no es la única función del robot. Además, analiza de la polución del aire y puede incluso barrer la basura del suelo.
Tres niveles
DustBot tiene tres niveles de control inteligente. Primero se encuentra el autónomo, donde se integran los sensores de movimiento, para evitar obstáculos, y las funciones de interfaz con el usuario, incluyendo el reconocimiento de su voz. Luego se localiza el ambiente inteligente que supervisa el robot. Lo envía a través de comandos y se desplaza por las calles. En un último nivel se encuentra el centro de control humano que monitoriza operaciones, pero sólo interviene en caso de emergencia o cuando la tecnología falla. “El centro de control también proporciona seguridad al propio robot, por si acaso alguien trata de robarlo o manipularlo”, indica Darío.
Como parte del proyecto DustBot ha realizado demostraciones de su funcionamiento en seis ciudades de Europa, además de dos en Japón y una en Corea del Sur. Con esto, según explica el coordinador del proyecto, existe ya información importante sobre el rendimiento del sistema y su seguridad.
Periodo de evaluación
El proyecto DustBot ha recibido financiación del Sexto Programa Marco de Investigación y llegó a su fin en diciembre de 2009. En total han sido 36 meses de trabajo, desarrollado en la Scuola Superiore Sant'Anna de Pisa. A pesar de estar ya listo para funcionar, ahora toca evaluar su aceptación por parte de la población.
El pasado mes de mayo, el robot se puso en funcionamiento durante dos meses en el pueblo de Peccioli, en Italia, donde ha servido a alrededor de 100 hogares. Con ello se ha dado a conocer el aparato y, de momento, los resultados han sido muy satisfactorios. En este sentido, hay ya algunos municipios interesados, pero los inversores necesitan saber que hay un mercado sólido del sistema. Paolo Darío continúa: “Hemos hablado ya con varios posibles clientes que podrían invertir varios millones de euros, pero primero tenemos que seguir con la evaluación. Si esta prueba tiene éxito, a finales de este año comenzaremos a desarrollar la campaña comercial” .
Darío estima que podría haber un mercado de al menos 100.000 de estos robots en toda Europa. Además, el coste de su utilización sería parecido al del sistema de recogida de residuos puerta a puerta que hay en caso todas las ciudades.
Para descargarse el proyecto dustbot.pdf (1.33 Mb)
¿Se imagina que en el sitio donde vive en lugar de acudir el camión de la basura lo hace un robot que recoge los desperdicios por ser una zona de difícil acceso? Aunque en un primer momento la idea pueda resultar sorprendente, un grupo de investigadores italianos han desarrollando este proyecto, denominado DustBot, financiado por la Unión Europea. Así se pone de manifiesto en el servicio editorial ICT Results creado para presentar de proyectos de la Comisión Europea.
El robot acudiría en poco tiempo al sitio indicado a través de una llamada de teléfono, por lo que el servicio funciona según las necesidades de los usuarios. El protagonista tiene una estatura de un metro y medio, pesa 70 kilos, y puede transportar hasta 40 kilos. Además, su batería le da una autonomía de 16 kilómetros.
El robot funciona con una combinación de un sistema de navegación GPS y un giroscopio ( dispositivo que permite cambios de dirección en base a una rotación). El profesor Paolo Darío, el coordinador de DustBot, explica que el robot es esencialmente una caja móvil, que funciona a través de tecnologías de última generación. “Hemos tomado los componentes más avanzados de robótica para construir este aparato que soluciona un problema real para las autoridades de residuos en toda Europa", explica Darío. Para entenderlo en pocas palabras, es un robot que funciona con una combinación de un sistema de navegación GPS y un giroscopio ( dispositivo que permite cambios de dirección en base a una rotación).
De esta forma, el robot puede funcionar por su cuenta por la calle, ya que está hecho con cámaras y otros sensores a través de los que puede ‘ver’ hacia dónde se dirige. Asimismo, analiza la trayectoria a seguir y procesa la información para evitar los obstáculos del camino. De hecho, selecciona objetos en movimiento como peatones, bicicletas o perros, calcula rápidamente su trayectoria y altera su rumbo para evitar una colisión. Mientras está en marcha el robot, las imágenes visuales son transmitidas a un centro de control donde operadores (esta vez humanos) comprueban que todo está bien e intervenir en caso de que sea necesario.
Para llegar correctamente a su destino DustBot utiliza un sistema de triangulación inteligente, interactuando con una red inalámbrica creada en toda la zona de la operación del robot. La red lo identifica, calcula la mejor ruta entre los ‘pick-ups’, y traslada esta información al robot. El robot se controlan a través de circuito cerrado de televisión.
Para Paolo Darío “el sueño de cualquier investigación en robótica es desarrollar un sistema totalmente automatizado e inteligente como éste”. No obstante, según explica, “nosotros hemos optado por un enfoque diferente. Aquí tenemos un robot inteligente en un entorno inteligente, lo significa que tiene acceso a mucha más información y por tanto, más poder de cómputo”.
Pero esta no es la única función del robot. Además, analiza de la polución del aire y puede incluso barrer la basura del suelo.
Tres niveles
DustBot tiene tres niveles de control inteligente. Primero se encuentra el autónomo, donde se integran los sensores de movimiento, para evitar obstáculos, y las funciones de interfaz con el usuario, incluyendo el reconocimiento de su voz. Luego se localiza el ambiente inteligente que supervisa el robot. Lo envía a través de comandos y se desplaza por las calles. En un último nivel se encuentra el centro de control humano que monitoriza operaciones, pero sólo interviene en caso de emergencia o cuando la tecnología falla. “El centro de control también proporciona seguridad al propio robot, por si acaso alguien trata de robarlo o manipularlo”, indica Darío.
Como parte del proyecto DustBot ha realizado demostraciones de su funcionamiento en seis ciudades de Europa, además de dos en Japón y una en Corea del Sur. Con esto, según explica el coordinador del proyecto, existe ya información importante sobre el rendimiento del sistema y su seguridad.
Periodo de evaluación
El proyecto DustBot ha recibido financiación del Sexto Programa Marco de Investigación y llegó a su fin en diciembre de 2009. En total han sido 36 meses de trabajo, desarrollado en la Scuola Superiore Sant'Anna de Pisa. A pesar de estar ya listo para funcionar, ahora toca evaluar su aceptación por parte de la población.
El pasado mes de mayo, el robot se puso en funcionamiento durante dos meses en el pueblo de Peccioli, en Italia, donde ha servido a alrededor de 100 hogares. Con ello se ha dado a conocer el aparato y, de momento, los resultados han sido muy satisfactorios. En este sentido, hay ya algunos municipios interesados, pero los inversores necesitan saber que hay un mercado sólido del sistema. Paolo Darío continúa: “Hemos hablado ya con varios posibles clientes que podrían invertir varios millones de euros, pero primero tenemos que seguir con la evaluación. Si esta prueba tiene éxito, a finales de este año comenzaremos a desarrollar la campaña comercial” .
Darío estima que podría haber un mercado de al menos 100.000 de estos robots en toda Europa. Además, el coste de su utilización sería parecido al del sistema de recogida de residuos puerta a puerta que hay en caso todas las ciudades.
Para descargarse el proyecto dustbot.pdf (1.33 Mb)
FUENTE:
http://www.tendencias21.net/Crean-un-robot-que-recoge-la-basura-a-traves-del-telefono_a4701.html
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