Hace ya unos cuantos años General Motors y la agencia espacial estadounidense formaron equipo para desarrollar robots de aspecto humanoide capaces de trabajar en el espacio. Fruto de los esfuerzos de sus ingenieros nació Robonaut2, un autómata con la característica clave de poder manejar herramientas diseñadas para astronautas de carne y hueso gracias a unas manos casi humanas.
El amigo R2 se encuentra ahora mismo en la Estación Especial Internacional demostrando su valía como infatigable trabajador de llave inglesa, pero en la Tierra esta alianza ha redundado en un interesante avance que podría reducir las lesiones de los trabajadores de las fábricas de GM.
Este nuevo dispositivo se llama Robo-Glove o K-Glove, y es como su nombre indica un guante con asistencia mecánica, diseñado para reducir la fatiga de su usuario. El K-Glove utiliza los principios utilizados para crear las manos del robot R2, pero adaptados a nuestra fisionomía. Como tal, dispone de una serie de tendones artificiales y actuadores en la parte superior que ayudan a cerrar la mano con la fuerza indicada desde unos sensores en los dedos y la palma del guante.
Este nuevo dispositivo se llama Robo-Glove o K-Glove, y es como su nombre indica un guante con asistencia mecánica, diseñado para reducir la fatiga de su usuario. El K-Glove utiliza los principios utilizados para crear las manos del robot R2, pero adaptados a nuestra fisionomía. Como tal, dispone de una serie de tendones artificiales y actuadores en la parte superior que ayudan a cerrar la mano con la fuerza indicada desde unos sensores en los dedos y la palma del guante.
De esta forma, al asir una herramienta los tendones se retraen de forma que ayudan a mantener la posición con menos esfuerzo. Realmente solo son una pequeña ayuda (nadie debería temer por tanto acabar con los dedos aplastados), pero según sus creadores, una herramienta que necesitara una fuerza aproximada de 6,8 a 9 kg podría utilizarse que el usuario solo ejerciera unos 2,2-4,5 kg. Como resultado se reduce también el cansancio y el número de lesiones, incrementando al mismo tiempo la productividad/rentabilidad del empleado.
En estos momentos el prototipo del K-Glove, que integra una pantalla para facilitar su programación y una batería genérica de iones de litio, es relativamente grande y tal vez incluso incómodo, pero ya está en camino una revisión más eficiente en cuanto a peso y espacio. Según GM, esta tecnología podría incorporarse más pronto que tarde a sus procesos de producción.
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