Las verdes praderas de posidonias subacuáticas que existen cerca de
los litorales, y están seriamente dañadas por vertidos contaminantes, la
pesca de arrastre y las instalaciones de barcos de recreo, son capaces de capturar y almacenar el doble de carbono que los frondosos bosques tropicales.
Un estudio realizado sobre mil praderas submarinas en todo el mundo han
revelado que bajo el mar también existen 'sumideros' que ayudan a
combatir el cambio climático.
El trabajo ha sido desarrollado por un equipo de científicos de varios países, entre ellos expertos españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ha sido publicado en la revista 'Nature Geoscience'.
"Es muy importante porque esas praderas adquieren ahora, además del
valor ecológico, otro valor económico, en forma de créditos de carbono.
España ahora tiene que comprar estos créditos porque sus emisiones
contaminantes son mayores que lo que debiera. Conservando estas praderas, podría evitar ese gasto", asegura Miguel Angel Mateo, uno de los autores, del Centro de Estudios Avanzados (CSIC) a ELMUNDO.es.
La investigación es la primera de este tipo que se basa en la recopilación directa de datos. En total, los científicos recogieron un total de 3.640 muestras del subsuelo de 946 praderas submarinas en
todo el planeta y de todas las especies. "Estas plantas, mediante la
fotosíntesis, atrapan carbono del agua y lo fijan y entierran durante
siglos. Nosotros, desde barcos, hemos tomado muestras a un metro de
profundidad y hemos analizado el carbono que está acumulado", explica el
investigador.
La contaminación de un año
El trabajo revela que todas las praderas acumulan entre 4.200 y 8.400
millones de toneladas de carbono a sólo un metro de profundidad bajo
estas parderas, con un pico de hasta 20.000 millones de toneladas. Esos 8.400 millones de CO2 es lo que emitimos todos los seres humanos a lo largo de un año, según el científico.
Estas cifras significan que las plantas que rodean los litorales
pueden llegar a enterrar hasta 830 toneladas de carbono por hectárea,
mientras que los bosques tropicales, los llamados 'pulmones' del
planeta, tienen una capacidad de almacenaje de unas 300 toneladas por
hectárea. Mateo apunta que estas plantas acuáticas incluso podrían
'secuestrar' más carbono, puesto que sólo han profundizado un metro.
Por ello, los científicos alertan de la delicada situación por la que atraviesan estas praderas
en todo el globo. Algunos estudios calculan que más de una cuarta parte
de su extensión ya se ha destruido (otros aumentan ese porcentaje al
50%) debido a la pesca de arrastre y a la construcción descontrolada en
las costas.
El oceanógrado del CSIC Carlos Duarte, en un comunicado, insiste en
su importancia en la lucha contra el cambio climático: "La gran
capacidad de las praderas como sumideros se debe a que este ecosistema
fija más carbono que el que consume o respira. A diferencia de los
suelos de los bosques, el sedimento en las praderas submarinas se acumula verticalmente mientras el nivel del mar sube
y, por tanto, pueden aumentar su volumen a lo largo de siglos y
milenios. La ausencia de fuegos en el mar contribuye también a que estos
sumideros de carbono persistan", puntualiza.
'Enterradoras' eficaces
Los investigadores recuerdan que aunque las praderas ocupan menos del
0,2% de la superficie oceánica, son las 'enterradoras' de más del 10%
de todo el carbono anual que absorben los océanos y que lo hacen de
forma indefinida.
Curiosamente, una de las especies que son capaces de acumular más
carbono es la Posidonia del Mediterráneo, en la que han detectado
espesores de depósitos de carbono de hasta cuatro metros. Sin embargo,
es una de las que cubren un mayor peligro, debido al alto nivel de
destrucción en el litoral.
"Cada año perdemos un 5% de las praderas de Posidonia y
el problema no es sólo que perdemos depósitos de captación de carbono,
sino que el espacio que ocupa la planta se convierte en emisor de
carbono, porque empieza a salir todo el carbono que tenía acumulado y
pasa a la atmósfera", asegura Mateo.
El investigador recuerda que, actualmente, comprar sumideros para una tonelada de carbono cuesta seis euros,
aunque ha llegado a estar a 30 euros. "Para un país, conservar sus
praderas submarinas es tener un importante activo económico", argumenta.
Por otro lado, no se conoce con precisión la cantidad de praderas que hay en el planeta.
Se estima que todas las plantas marinas oscilan entre 330.000 y 600.000
millones de kilómetros cuadrados, pero son cifras muy estimativas.
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