En más de una ocasión nos hemos detenido en investigaciones que tienen que ver con el estudio de la actividad eléctrica del cerebro y el uso de las ondas cerebrales. Este tipo de investigaciones son muy interesantes porque abren la puerta al desarrollo de múltiples sistemas que pueden mejorar sensiblemente la calidad de vida de personas que sufren algún tipo de parálisis o, incluso, mejorar la seguridad de los coches.
Uno de los objetivos que se marcan muchas de estas investigaciones es usar las señales del electroencefalograma para controlar objetos y, por ejemplo, controlar el movimiento de una silla de ruedas. Precisamente, en este sentido lleva tiempo trabajando el Profesor Hung Nguyen y su hijo, que han probado con éxito una silla de ruedas que se puede “controlar con la mente”.
La silla de ruedas funciona tanto de manera autónoma (transportando al usuario a través de una multitud usando) como de manera guiada, usando como señal de entrada la actividad eléctrica del cerebro del usuario de la silla de ruedas y es esta última forma de control el grueso de esta investigación (aunque no descartan seguir trabajando en la gestión autónoma). El proyecto surgió hace algunos años cuando el hijo del Profesor Hung Nguyen, Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Tecnología de Sidney (Australia), Jordan (que también ejerce en la misma universidad y es director de tesis de varios estudiantes), sufrió un accidente en una piscina hace 7 años que lo tuvo convaleciente durante algún tiempo:
Tuve suerte de no romperme el cuello pero, en el caso de estar paralizado de cuello para abajo, hay un espectro muy reducido de tecnologías a utilizar
¿Y por qué trabajar con una silla de ruedas? Según el Profesor Nguyen, existe una gran demanda de este tipo de sistemas y, dado que lleva más de 20 años trabajando en el uso del electroencefalograma como señal de entrada y control de sistemas, decidieron apostar por el desarrollo de una silla de ruedas aunque, con el tiempo, ven viable que este tipo de sistemas de control puedan usarse para controlar coches (algo que ya estaba haciendo Nissan en colaboración con la Escuela Politécnica Federal de Lausanne) o, incluso, electrodomésticos.
Se colocan una serie de sensores en el cuello del usuario para captar las señales eléctricas generadas en el cerebro y procesarlas. El sistema decodifica las señales eléctricas y es capaz de interpretar ciertas órdenes como “izquierda” o “derecha” para hacer mover la silla siempre que éste dé una orden de confirmación cerrando los ojos durante unos segundos
Por ahora, la silla de ruedas ha pasado con éxito una serie de ensayos clínicos para determinar el funcionamiento de ésta y, por lo que parece, el diseño podría estar listo para fabricarse y comercializarse aunque, para llegar a este punto, aún habrá que esperar de uno a cinco años para conseguir la financiación necesaria.
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