Investigadores del Servicio de Granjas y Campos Experimentales de la Universidad Autónoma de Barcelona han logrado generar, en ovejas y cabras, aversión a las hojas de olivo y de viña para usar a estos animales en la limpieza de las hierbas no deseadas que crecen alrededor de los cultivos, pero sin dañarlos.
Este proyecto es el primero de este tipo que se desarrolla en España, aunque hay precedentes en EEUU y otros países, según ha declarado a Efe su coordinadora, Elena Albanell, quien ha explicado que las ovejas se han soltado, con éxito, en campos de viñedos del Penedés y de olivos de Viladecans, en la provincia de Barcelona.
Albanell ha recordado que en cultivos leñosos como el olivo o la viña, que suponen el 27 % de la superficie cultivada en España, se usan actualmente pesticidas o maquinaria agrícola para eliminar las hierbas, pero estas prácticas pueden dar lugar a una larga lista de problemas medioambientales por los residuos originados o por la compactación del suelo que puede producir la maquinaria. Ha añadido que un sistema más agrosostenible y respetuoso con el medio ambiente pasaría por controlar la vegetación herbácea no deseada mediante el pastoreo de ovejas y cabras, ya que se evita el uso de pesticidas y de fertilizantes, y además sus heces aportan nutrientes al suelo.
Sin embargo, según el estudio que hecho público por la UAB, el inconveniente del pastoreo en estos cultivos son los daños que el ganado puede provocar, ya que las ovejas y cabras pueden consumir las hojas y brotes jóvenes del cultivo, dañando la cantidad y calidad de la cosecha. Los investigadores han demostrado que con cloruro de litio se puede generar en cabras y ovejas aversión a las hojas de olivo o de viña tiernas, lo que supone un primer paso para poder garantizar a los agricultores que estos animales no dañarán los cultivos leñosos cuando pasten las malas hierbas.
La aversión a estas plantas se desarrolla gracias a un mecanismo natural de los animales que es necesario en el aprendizaje para saber qué alimentos son saludables y cuáles pueden ser tóxicos. Para conseguir el rechazo a los brotes y modificar su conducta alimentaria, los investigadores dieron de comer a las cabras y a las ovejas brotes de estas plantas, cuando eran un alimento nuevo para los animales, y luego cloruro de litio, que simula el mecanismo de acción de los compuestos tóxicos de las plantas.
El cloruro de litio, que en medicina humana se usa para transtornos mentales, genera en estos animales una sensación de indigestión que asocian con la ingesta del nuevo alimento. Los resultados obtenidos son muy alentadores, ya que con una sola dosis de cloruro de litio se ha observado que las ovejas y las cabras tratadas rechazan las hojas de olivo desde el primer día y presentan un comportamiento frente a este alimento muy diferente al del grupo de control que no fue habituado a rechazar estas especies vegetales.
También se ha visto que la persistencia de la aversión perduró durante un año y que, después de este tiempo, se debe dar una dosis de recuerdo al animal para que siga rechazando estas hojas y lo asocie con un malestar. Los científicos trabajan ahora en la eliminación del litio para saber cuánto tarda en desaparecer en orina, heces y en leche, y determinar el tiempo que hay que esperar antes de llevar al animal al campo tras su tratamiento, especialmente si es ecológico, aunque en ningún caso son más de 24 o 48 horas.
Los investigadores estudian también la rentabilidad que supone el uso de animales para limpiar estos cultivos y, de momento, ya se ha establecido que el tratamiento anual de una cabra cuesta un euro y dos euros el de las ovejas. También ha remarcado la investigadora que el pasado mes de julio se presentó el trabajo en un congreso internacional de Arizona (EEUU), país en el que ya se han empezando a formar rebaños en California de este tipo de animales para alquilarlos para la limpieza de campos.
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