A pesar de que la crisis económica ha paralizado la creación del Centro de Caracterización de Recursos Biológicos, una nueva infraestructura que se ubicaría en Salamanca como ampliación del actual Banco Nacional de ADN, los responsables de esta iniciativa tienen previsto comenzar a recoger muestras animales y vegetales a partir de este mes de junio.
Además, los científicos trabajan en proyectos para generar información a partir de las muestras ya almacenadas en el biobanco, lo que supone una mayor eficiencia para el conjunto de las investigaciones científicas en España.
Hasta ahora, el Banco Nacional de ADN ha logrado almacenar muestras
biológicas humanas que sirven de base para el estudio de múltiples
enfermedades de base genética, pero la idea es ampliar este material
incluyendo en esta misma plataforma muestras animales y vegetales que no
solo tendrán una aplicación biomédica, sino también agrícola,
industrial o medioambiental.
Los científicos que se encargarán de los nuevos cometidos ya han sido
seleccionados y sus prioridades ya están marcadas, según ha explicado a
DiCYT Alberto Orfao, director del biobanco. Uno de los primeros
objetivos será recoger material de especies vegetales protegidas. En el
caso de los animales, también se apostará por las especies protegidas,
pero además, se estudiarán los animales que tienen un mayor interés
económico y, en particular, las plagas.
El proyecto para la creación del Centro de Caracterización de
Recursos Biológicos está "completamente parado" desde el punto de vista
administrativo, pero no desde el punto de vista del trabajo de los
investigadores que lo han promovido, porque "seguimos logrando
recursos", afirma Alberto Orfao, "estamos intentando consolidar el
funcionamiento desde abajo".
Información asociada
En este sentido, "hemos
abierto una línea de investigación tecnológica, con la que tenemos
financiación por parte de empresas para algunos proyectos concretos",
indica. Además, se está logrando financiación de programas públicos
competitivos para sacar adelante proyectos cuyo objetivo es obtener
información a partir de las cerca de 40.000 muestras que tiene
almacenadas el actual Banco de ADN, porque la principal función del
futuro centro sería, precisamente, generar conocimiento útil para
múltiples investigaciones científicas. Es decir, que el verdadero valor
del centro no estaría solo en almacenar muestras, como hasta ahora, sino
en generar información asociada a esas muestras.
Alberto Orfao
pone un ejemplo claro de lo que supondría realizar este trabajo para los
científicos españoles: en un estudio sobre las muestras biológicas
distribuidas por el Banco Nacional de ADN para diferentes proyectos de
investigación españoles se comprobó que un mismo grupo de muestras había
sido solicitado por 11 centros distintos para realizar el mismo tipo de
análisis, que serviría de base para diferentes investigaciones.
El
coste total de estos trabajos fue de tres millones de euros, mientras
que si este trabajo se hubiese realizado una sola vez por parte del
biobanco salmantino habría costado unos 300.000 euros y los
investigadores de otros centros habrían ahorrado tiempo y dinero.
Además, cobrar por distribuir esa información permitiría al centro
autofinanciarse.
Modelo científico
En este
sentido, el director del Banco de ADN tiene claro el modelo para este
tipo de infraestructuras científicas: "Tienen que tener apoyo público,
porque son estructuras imprescindibles, suponen un ahorro económico y
deben tener un compromiso de cofinanciación a través de sus propias
actividades", asegura.
Contactar con empresas de la región que
necesitan un centro de investigación de referencia para sus actividades o
tratar de fomentar la creación de nuevas empresas biotecnológicas que
aprovechen estas infraestructuras científicas son otras opciones, aunque
la singularidad del proyecto debería apuntar a objetivos más
ambiciosos, de manera que el director del Banco de ADN habla también del
interés que despertaría el futuro centro en toda la industria
farmacéutica internacional como apoyo a sus ensayos.
A pesar de
que España ya cuenta con muchos biobancos, no hay ninguno con tanta
actividad como el Banco Nacional de ADN de Salamanca, que ha distribuido
unas 20.000 muestras en los últimos dos años para cerca de 50 proyectos
de investigación anuales, entre ellos, el estudio de la leucemia
linfática crónica dentro del Consorcio Internacional del Genoma del
Cáncer. "Hemos apostado por tener muestras que no hay en otros lugares y
guardadas con una calidad única", afirma Orfao.
La iniciativa de
convertir el Banco Nacional de ADN en Centro de Caracterización de
Recursos Biológicos se enmarcaba en las acciones de conmemoración del
VIII Centenario de la Universidad de Salamanca y en el Campus de
Excelencia Internacional de la institución académica y preveía la
construcción de un edificio en el que podrían trabajar un centenar de
científicos junto al actual Centro de Investigación del Cáncer, que
alberga en la actualidad sus instalaciones. Por el momento, estos planes
están parados y el Edificio Multiusos de I+D+i que la Universidad de
Salamanca construye en la calle Espejo se plantea como sede provisional.
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