La misión de las sondas gemelas RBSP lanzada por la NASA en agosto de este año tiene como principal objetivo estudiar varios aspectos de los “Cinturones de Van Allen” que rodean al planeta. Dichos cinturones no son muy amigables con cualquier sonda o satélite que deba operar en su zona, pero con la ayuda de las RBSP, la NASA logró registrar algo conocido como “coro”.
"Coro" esta formado por frecuencias de radio que oscilan entre 0 y 10 kHz, y que procesadas correctamente se convierten en una “canción” interpretada por nuestro propio planeta.
No es necesario introducirse demasiado en el espacio para encontrar misterios. La existencia de los Cinturones de Van Allen fue confirmada en 1958, lo que nos da una “convivencia científica” con ellos de más de 50 años, pero a pesar de todo este tiempo hay muchas cosas que no se comprenden de ellos. Las ondas de plasma provenientes de los cinturones causan lo que se conoce como “coro”, ondas de radio que oscilan en frecuencias acústicas. Se cree que el coro es responsable por los “electrones asesinos”, que tienen el potencial de causar daño a cualquier cosa que se encuentre en su camino, incluyendo humanos. Con el objetivo de estudiar en profundidad a los Cinturones de Van Allen, la NASA lanzó a finales de agosto las sondas gemelas RBSP, y con su ayuda, podemos tener una muy buena idea de cómo “suena” ese coro.
Tomando las propias palabras del profesor Craig Kletzing de la Universidad de Iowa (donde trabajó James Van Allen), responsable del equipo que construyó el receptor que hizo posible la grabación (llamado EMFISIS, siglas para “Electric and Magnetic Field Instrument Suite and Integrated Science), se trata de uno de los ejemplos “más claros” que han escuchado. Los efectos del “coro” no son extraños para los operadores de radio aquí en la Tierra, pero con la intervención del sistema EMFISIS, la calidad está muy por encima de registros previos. Las frecuencias del coro oscilan entre 0 y 10 kHz, y de acuerdo a Kletzing, así podríamos escuchar a los cinturones si contáramos con antenas en vez de oídos.
Para algunos parece el canto amortiguado de pájaros con grillos de fondo y un poco de lluvia, pero cuando lo escuché por primera vez me vinieron de inmediato a la mente los “Houndeyes” que casi vuelven loco a Gordon Freeman en el primer Half-Life (los perros de tres patas con ataque sónico, ¿recuerdas?). En lo personal esperaba un sonido mucho más agresivo y estridente, pero si la interpretación de las frecuencias llevó a esa “canción”, debo decir que la Tierra canta mucho mejor en comparación con varios elementos sobre su superficie.
Fuente:
http://www.neoteo.com/la-musica-de-la-tierra-video
No es necesario introducirse demasiado en el espacio para encontrar misterios. La existencia de los Cinturones de Van Allen fue confirmada en 1958, lo que nos da una “convivencia científica” con ellos de más de 50 años, pero a pesar de todo este tiempo hay muchas cosas que no se comprenden de ellos. Las ondas de plasma provenientes de los cinturones causan lo que se conoce como “coro”, ondas de radio que oscilan en frecuencias acústicas. Se cree que el coro es responsable por los “electrones asesinos”, que tienen el potencial de causar daño a cualquier cosa que se encuentre en su camino, incluyendo humanos. Con el objetivo de estudiar en profundidad a los Cinturones de Van Allen, la NASA lanzó a finales de agosto las sondas gemelas RBSP, y con su ayuda, podemos tener una muy buena idea de cómo “suena” ese coro.
Tomando las propias palabras del profesor Craig Kletzing de la Universidad de Iowa (donde trabajó James Van Allen), responsable del equipo que construyó el receptor que hizo posible la grabación (llamado EMFISIS, siglas para “Electric and Magnetic Field Instrument Suite and Integrated Science), se trata de uno de los ejemplos “más claros” que han escuchado. Los efectos del “coro” no son extraños para los operadores de radio aquí en la Tierra, pero con la intervención del sistema EMFISIS, la calidad está muy por encima de registros previos. Las frecuencias del coro oscilan entre 0 y 10 kHz, y de acuerdo a Kletzing, así podríamos escuchar a los cinturones si contáramos con antenas en vez de oídos.
Para algunos parece el canto amortiguado de pájaros con grillos de fondo y un poco de lluvia, pero cuando lo escuché por primera vez me vinieron de inmediato a la mente los “Houndeyes” que casi vuelven loco a Gordon Freeman en el primer Half-Life (los perros de tres patas con ataque sónico, ¿recuerdas?). En lo personal esperaba un sonido mucho más agresivo y estridente, pero si la interpretación de las frecuencias llevó a esa “canción”, debo decir que la Tierra canta mucho mejor en comparación con varios elementos sobre su superficie.
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http://www.neoteo.com/la-musica-de-la-tierra-video
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