Comunicar pensamientos directamente de un cerebro a otro, a través de una máquina y sin ningún medio conocido de interacción, es una idea tan convincente a nivel curiosidad y entusiasmo científico, que la mayoría de la gente daría cualquier cosa con tal de experimentarlo. Ahora, este tipo de experiencias tienen un costo ético considerable, y por ello el Dr. Cristopher James decidió que probaría la primera comunicación cerebro a cerebro entre dos personas con alguien de mucha confianza y bajo su total consentimiento: su hija.
Recientemente ha dado una lectura sobre cómo fue el procedimiento que llevó la ciencia ficción a la vida real y cómo ha avanzado desde entonces.
Entre las predicciones que publicamos ayer no figuraba la telepatía ni la comunicación cerebro a cerebro, y eso que llegamos a estirarnos hasta 100 años en el tiempo. Además de sorprendernos, lo que nos causó fue una curiosidad adicional a la normal y por eso es que buscamos información sobre el estado actual de lo que muchos entienden que será la forma en la que se llevarán adelante gran parte de las comunicaciones en un futuro lejano. Un artículo del 13 de diciembre estaba latente, esperando nuestra curiosidad para mostrarnos que se está avanzando en esta rama y a pasos gigantescos. No necesariamente en la telepatía tal y como su concepto la define, sino en la comunicación entre cerebros, utilizando mecanismos específicos como el que el Dr. James y su hija ejecutaron en 2009 y de la que ahora da mayores detalles.
El invento, llamado B2B, fue introducido en 2009 y nosotros lo cubrimos en su debido momento. Recientemente el autor de tal procedimiento dio una lectura llamada “Comunicándose Persona a Persona sólo a través del Poder del Pensamiento” en donde explicó que en nuevos intentos usó una máquina, pero sólo como intermediario entre lo que, paradójicamente, es una comunicación directa entre dos cerebros. El primer sujeto está conectado con electrodos usando el proceso de recolección de información mental que es estándar hasta hoy. A partir de ese momento es en donde el experimento toma relevancia, pues el sujeto que envía el mensaje (una serie de números binarios) tendrá que imaginar el movimiento de su brazo derecho o izquierdo. Las señales resultantes fueron convertidas a valores binarios. Es decir, 0 y 1 según cada frecuencia posible.
El cómo es el quid de la cuestión, y se resuelve a través de un sistema que produce dos señales de diferentes frecuencias que se transmitirán al otro cerebro de forma visual y tomando como objetivo los ojos del receptor, a través de luces LED. Demostración básica de B2B, según James, qué explicó que la clave está en entender que los ojos de una persona no pueden distinguir las diferentes frecuencias de los LEDS, pero sí la corteza visual de su cerebro. Este tipo de comunicación es mínima y poco compleja en cuestión de conversación coloquial, pero hay que recordar que aún con tantos avances, todavía estamos en la prehistoria de la comunicación telepática. James dijo que para resultados más certeros, los electrodos deberían haber estado situados sobre la superficie del cerebro, pero bromeó indicando que su esposa no dejó que le agujereara la cabeza a su hija.
Por supuesto, el Dr. James y toda la comunidad científica que aplaudió este procedimiento saben que hay varios obstáculos en el desarrollo de esta tecnología, y el menos técnicamente solucionable es el de la cuestión ética. La implicancia de la lectura de pensamientos en la libertad e intimidad de una persona es bastante alta, incluso en experimentos donde la confianza y la cercanía son muy altas. Por esto, la tecnología podría ser altamente útil en personas con fallos musculares, distrofias y otras patologías severas y permanentes, pero bajo el costo de violar la intimidad de su mente, porque de la misma manera se podrían introducir pensamientos e ideas, como si fuera un Inception de bajo nivel.
Fuente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario