¿Cómo piensa un pez? Quizá nunca le haya asaltado esta duda existencial y probablemente este enigma no le robe ni un minuto de su sueño. La forma de razonar de los peces tampoco inquieta especialmente a los científicos japoneses que, por primera vez, han captado cómo fluye un pensamiento en un cerebro de un pez vivo. Lo que sí les interesa son las herramientas que han utilizado para conseguir esta imagen fugaz porque pueden ser la llave que les permita abundar en el estudio del comportamiento humano e incluso desarrollar fármacos para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas.
Koichi Kawakami y Junichi Nakai del Instituto Nacional de Genética y de la Universidad de Saitama, en Japón, muestran en tiempo real la actividad cerebral de los peces cebra en su entorno natural, cuando no tienen ninguna interferencia en su comportamiento. En concreto, captaron el momento en el que uno de estos peces detecta en el agua un apetitoso paramecium que comer. Los científicos pudieron incluso relacionar los cambios que se producen en su actividad cerebral para proceder a la captura. Localizaron los circuitos cerebrales que están involucrados en comportamientos complejos, desde la percepción al deseo de ejecutar una decisión.
«Lo más importante de nuestra investigación es que hemos hecho visible lo invisible», explica Kawakami en la última edición de la revista «Current Biology».
Para hacer ese truco de «magia», los investigadores tuvieron que dearrollar una fluorescencia muy sensible para observar la actividad neuronal. El equipo de Kawakami y Nakai alteraron genéticamente las células que expresan proteínas fluorescentes que se «iluminan» cuando se elevan las concentraciones de calcio, algo que sucede al activarse las neuronas.
Estudiar el comportamiento animal
«En el futuro, esta técnica nos permitirá interpretar el comportamiento animal, desde el aprendizaje y la memoria, al miedo, el enfado o las sensaciones de bienestar en función de la actividad de diferentes neuronas», asegura Kawakami.
Monitorizando la actividad neuronal del cerebro del pez cebra (uno de los animales preferidos para la investigación) también será posible ver en vivo cómo funcionan los fármacos que pueden alterar la actividad neuronal en el cerebro. «Esta técnica tiene el potencial de reducir el largo proceso que necesita el desarrollo de los tratamientos psiquiátricos».
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