Expertos de 50 países han ideado un innovador sistema para identificar las plantas de todo el mundo a través de su ADN. El objetivo es que cada especie tenga un 'código de barras' propio, una suerte de huella genética que permitirá identificarlas fácilmente.
Gracias a esta nueva tecnología se podría evitar el comercio ilegal de especies en peligro de extinción. Según la cadena británica BBC, la información se almacenará en una base de datos global a la que podrán acceder científicos de todo el mundo.
"El código de barras es una herramienta que permite identificar a las especies con mayor rapidez", explicó a la BBC Patricia Escalante, responsable del departamento de Zoología de la Universidad Nacional de México. Escalante considera vital establecer una sistema fiable para identificar las especies si queremos salvaguardar la biodiversidad del planeta.
Investigadores de México trabajan en una red para crear códigos de barras en clave para grupos taxonómicos como árboles, abejas o insectos acuáticos. Toda la información se vuelca en una base de datos a la que pueden acceder científicos de todo el mundo.
Desde el año 2003 los investigadores han podido utilizar esta tecnología para identificar especies animales. Pero hasta ahora, no funcionaba con las plantas. Ha sido necesario identificar una zona diferente del ADN que facilita un conjunto importante de características.
Control de plagas
Desde hace años, los científicos trabajan para lograr un acuerdo sobre la mejor manera de identificar las especies. Con el nuevo sistema, problemas como la propagación de plagas o enfermedades serán más fáciles de combatir. No será necesario esperar a un especialista en botánica para examinar una muestra e identificar una especie.
Asimismo, la nueva tecnología permitirá identificar la especie a partir de un fragmento de material, lo que será muy útil a la hora de determinar de donde procede la madera con la que se construyen muebles. En los controles que se realizan a los buques que transportan mobiliario a otros países, resulta muy difícil determinar si la madera con la que están fabricados procede de árboles protegidos. Sin embargo, gracias al ADN, se podrá comprobar rápidamente si esa madera procede de árboles cuya exportación es legal.
Los científicos esperan catalogar 500.000 especies en los próximos cinco años.
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